Diego vivió su debut en el seleccionado de una forma austera con su cabeza puesta en la situación de su hija con problemas en su embarazo. Triunfo sin sonrisas
Por Roberto Aguirre Blanco
Es cierto que Diego Maradona optó desde su llegada al banco de la selección en mostrarse públicamente como un hombre mas calmo y con gesto serio, lejos del sanguíneo y expresivo que siempre fue en sus tiempos de futbolistas.
Sin embargo, los buenos momentos que planteó el equipo durante su choque ante Escocia, ni las alternativas del partido, cambiaron un gesto extremadamente duro y por momentos lejos del estadio de Glasgow donde se jugó el partido del debut como DT.
Los problemas de salud en el embarazo de su hija Gainnina en las últimas horas lo puso en una situación muy tensa, con muchos nervios y angustias, en un proceso que fue más por dentro que por fuera.
Horas antes del partido, dijo en declaraciones radiales que si fuera por él “ya me hubiera ido de acá”, pero que su propia hija lo convenció estar frente a la soñada responsabilidad al jurarle que “no había peligros para el embarazo”.
Diego, quien se presentó hoy con la ropa oficial deportiva del seleccionado se sentó en la fila de atrás del banco de suplentes de dos líneas, mientras a su derecha estuvo todo el tiempo su ayudante de campo Alejandro Mancuso.
El ex volante de Boca y Vélez, fue quien tomó nota de jugadas y detalles del partido todo le tiempo, quien más gesticuló y hablaba en ese sector del banco, mientras Maradona solo asentía y mirada las acciones con gesto muy adusto.
En el momento del gol de Maxi Rodríguez, Diego realizó su primera expresión diferente, no gritó el tanto, pero si levantó sus cejas, se movió del asiento y volvió a la postura de calma total.
Por su parte, Mancuso lo gritó con mucha pasión y codeó a Diego que apenas le respondió.
En pocos momentos del partido, Maradona se movió de su lugar. Solo la final se enchufó un poco más y se acercó al corralito del campo para dar indicaciones.
Además del tema familia que ocupó gran parte de su pensamiento y no lo dejó disfrutar de su debut, también se notó que el “Diez” no quiere generar presión sobre los jugadores con actitudes grandilocuentes al borde del campo de juego.
El único momento de expresividad del nuevo DT fue cuando terminó el partido y se abrazó con cada uno de los jugadores, especialemente con Carlos Tevez y Fernando Gago, la sonrisa allí solo fue por segundos.