Lo reveló una reciente investigación en Estados Unidos. Los especialistas siguieron a enfermas durante 11 años. Hubo menos fallecidas entre las que participaban
Investigadores norteamericanos informaron que la terapia de grupo para las mujeres con cáncer de mama las ayudaría no sólo a manejar mejor su enfermedad sino a vivir más tiempo.
En esta ocasión, investigadores liderados por Barbara Andersen, de la Universidad del Estado de Ohio, estudiaron a 227 mujeres con cáncer de mama. Cerca de la mitad se sometió durante un año a terapia de grupo con un total de entre 8 y 12 pacientes. Los grupos eran conducidos por dos psicólogos clínicos. La otra mitad no hizo ninguna terapia, según pudo saber el diario Clarín.
Al cabo de 11 años, las mujeres que habían participado de esta terapia de grupo tenían un 56 por ciento menos de probabilidades de morir de cáncer de mama y un 45 por ciento menos de chances de que la enfermedad volviera a aparecer, según escribieron los investigadores en la publicación "Cancer".
"La supervivencia es una suerte de punto fundamental cuando de cáncer hablamos. Es posible contar ahora con gente sana y productiva durante más tiempo, y éste es un resultado enorme", sostuvo Anderson, que ayudó a liderar los grupos de terapia, al ser entrevistada telefónicamente.
Michael Stefanek, especialista en investigaciones sobre la conducta en la Sociedad Norteamericana del Cáncer, opinó que se debe ser cauteloso. "En la mayoría de los estudios bien controlados, se vio que las intervenciones psicólogicas enriquecen la calidad de vida y reducen la angustia. Lo que no sería razonable es que los pacientes participen de estos grupos con la meta de extender la supervivencia" indicó Stefanek en una declaración. De hecho, existe una polémica sobre la utilidad de este tipo de terapias que las cifras del nuevo estudio parecen zanjar.
Las mujeres que participaron de este estudio tenían cáncer de mama en los estadíos II o III, en los que el tumor se ha extendido a los nódulos linfáticos cercanos a los senos o a la pared del tórax o a la piel, pero no a sitios más distantes del organismo.
Andersen explicó que estas sesiones grupales apuntan entre otras cosas a reducir la angustia de las mujeres, a entrenarlas sobre cómo relajarse mejor y mejorar su capacidad para manejar la situación, a mejorar su dieta y hábitos de ejercicio y a desalentarlas de fumar o tomar alcohol. Los investigadores explicaron que la mejoría en la supervivencia sería un resultado de una mejor función inmune como producto de la reducción del stress.
Las sesiones de terapia comenzaron justo después de que las mujeres hubieran sido intervenidas quirúrgicamente, pero antes de comenzar con los tratamientos de quimioterapia y rayos. Durante cuatro meses participaron de reuniones grupales semanales y durante los ocho meses siguientes durante sesiones mensuales.
Lois Friedman, psicólogo en el Centro del Cáncer Ireland de Cleveland, que no participó de este estudio, sostuvo por su parte que hay claras pruebas de que este tipo de intervenciones psicológicas son capaces de mejorar el ánimo y la calidad de vida, ayudar también a cumplir los regímenes médicos y a mejorar el bienestar general.
"De todos modos creo que necesitamos ser cautelosos antes de decir que ésto va a aumentar la supervivencia" concluyó Friedman al ser consultado telefónicamente.