Se realiza la cuarta marcha encabezada por Blumberg para exigir cambios en la legislación. Por primera vez a Plaza de Mayo. Temor por D´Elía y su contramarcha al Obelisco
Juan Carlos Blumberg desembarcará hoy por primera vez en Plaza de Mayo para exigir mayores medidas de seguridad.
Será la cuarta convocatoria del ingeniero desde que el 23 de marzo de 2004 un disparo cruzó la cabeza de Axel y terminó con su vida después se estar secuestrado durante seis días en una casilla de Moreno.
La organización deberá librar una dura batalla para apoderarse de la exclusividad de ese espacio. Ayer a la tarde, después de un debate que duró más de una semana, la Federación Tierra y Vivienda (FTV), que lidera el funcionario-piquetero Luis D´Elía decidió activar una contramarcha.
El acto se hará a las 18 frente al Obelisco, a poco más de mil metros de la citación de Blumberg, prevista para una hora más tarde. Junto con D´Elía y otros grupos de piqueteros oficialistas estará otro de los artífices de la manifestación, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. La iniciativa, que cuenta con el visto bueno de la Casa Rosada, persigue el objetivo de repudiar las "propuestas represivas" y de "defender" al presidente Néstor Kirchner.
Pese a que en el palco no habrá ningún político, en la Plaza se verá a los líderes del PRO, Mauricio Macri y Ricardo López Murphy —ambos prometen ir como ciudadanos y caminar entre la gente—; a la titular de Unión por Todos, Patricia Bullrich; al piquetero y líder del Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados, Raúl Castells; a referentes de organizaciones no gubernamentales y a representantes de colegios católicos.
En un escenario ubicado en la mitad de la Plaza, de espaldas a la Casa Rosada y de frente al Cabildo, Blumberg leerá un petitorio que rechazará el proyecto de reforma del Código Penal que impulsa el Gobierno (ahora congelada), pedirá la implementación del juicio por jurados, la urbanización de villas y la baja de edad en la imputabilidad de menores. Y se insistirá con la creación de un FBI argentino, una idea que causa aversión en los organismos de derechos humanos.
Por temor a que tanta gente movilizada ocasione algún incidente, el propio Kirchner le ordenó anoche al Ministerio del Interior y a la Policía Federal que no difundan detalles del operativo de seguridad. "Es para no avivar a posibles infiltrados", adujeron. Se sabe que, antes de confirmarse la contramarcha, la Federal había dispuesto que trabajen más de mil hombres, lo que hace suponer que en las últimas horas se rediseñó el operativo y se dispusieron más efectivos.
Es que en las oficinas de la Fundación Axel se cree que la concentración será similar a la que llevó a Blumberg a convertirse en un referente social. "La infraestructura está pensada para 200 mil personas", revelaron sus hombres de confianza, que estuvieron en el despacho del jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, para acordar detalles que tenían que ver con la luz, el sonido y el escenario.