El joven, de 16 años, huyó de un instituto de Pablo Nogués. La Justicia argentina hace agua por todos lados y los jueces son los únicos que no se dan por enterados
Un adolescente que había sido detenido por el crimen del ingeniero Ricardo Barrenechea, cometido el mes pasado en Las Lomas de San Isidro, se fugó del instituto de la localidad bonaerense de Pablo Nogués donde estaba alojado a disposición de la Justicia.
Fuentes de la investigación informaron que se trata de un chico de 16 años que el viernes pasado había sido señalado en rueda de personas por cuatro familiares de la víctima como uno de los delincuentes que ingresó a robar a la casa de Barrenechea.
A raíz del episodio se produjeron reuniones de altas autoridades policiales, que ordenaron desplegar un amplio operativo para recapturar al sospechoso.
El episodio, lamentable, refleja otro aspector más del cúmulo de falencias que tiene el sistema judiial argentino.
A un sospechoso por asesinato lo tenían bajo un régimen de seguridad mínima.
Hechos como este lo único que hacen es acentuar la impotencia de una sociedad harta y desprotegida, por inoperancia del poder político y del sistema judicial.