Después de hablar con varios líderes mundiales, el demócrata eligió al último jefe de gabinete de Bill Clinton y 11 asesores para supervisar la herencia que le deja Bush
Aún quedan 76 días para que Barack Obama jure en el cargo de presidente de la nación más poderosa del mundo, Estados Unidos, pero el futuro inquilino de la Casa Blanca ya se ha lanzado, sin demora a sus tareas presidenciales, acuciado por la grave situación económica y las necesidades sociales del país.
Obama, tomó hoy la decisión de anunciar la composición del equipo que supervisará la transición del gobierno de George W. Bush, que estará encabezado por John Podesta, último jefe de gabinete del presidente Bill Clinton, la empresaria Valerie Jarret y Pete Rouse, jefe de gabinete en el Senado de Obama.
De hecho, el equipo ya lleva "varios meses" pensando en la eventual transición, según explicó la campaña de Obama a través de un comunicado.
Los tres co-presidentes del equipo estarán asistidos por un consejo formado por doce personas de reconocido prestigio y experiencia. Entre ellos están la gobernadora de Arizona, Janet Napolitano, Federico Peña, secretario de Transporte y Energía con Clinton, y Susan Rice, que está en la lista de muchos medios para convertirse en Asesora de Seguridad Nacional.
El presidente George W. Bush ya prometió después del triunfo electoral que se ocupará "de que la transición se produzca sin dificultades".
"Siempre que hay una transición hay peligro o riesgo de que una vulnerabilidad a ataques terroristas se incremente, porque la gente se distrae. La gente se va, la gente llega, y ese es un proceso perjudicial para cualquier organización", afirmó Chertoff a la cadena de televisión CNN.
Por la tarde, se dio a conocer por fuentes partidarias que el representante estadounidense demócrata Rahm Emanuel sería su jefe de gabinete.
Según informaron las fuentes, el puesto le fue ofrecido hoy, pocas horas después de la elección de Obama y se espera que Emanuel acepte rápidamente. Una fuente expresó que los consejeros de Obama también estaban "trabajando rápido para conformar los equipos de trabajo de Obama en economía y seguridad".
También se supo ha sido convocado por Obama, el director de la CIA, Mike McConnell, para darle una primera sesión informativa durante la jornada de mañana sobre asuntos de inteligencia, iniciativa que también se ha extendido al vicepresidente electo, Joe Biden.
Sin tiempo que perder, el equipo Obama-Biden debe comenzar a forjar el programa de Gobierno para los próximos cuatro años, consciente de que las expectativas son muy altas y que la crisis le impedirá desarrollar totalmente sus planes de bajar los impuestos e invertir en programas sociales.
Durante la campaña, el senador afroamericano se ha apoyado en el mensaje de cambio, y ha convencido a los electores de que es la persona apropiada para dar una nueva dirección al país y devolver la prosperidad y el prestigio que la primera potencial mundial merece.
Pero una vez lograda la victoria, hay que convertir las promesas en hechos, especialmente en materia económica, que ha sido la prioridad de los votantes.
Sin tiempo para deleitarse en su histórico triunfo, Obama ha mantenido en las últimas horas contactos con mandatarios de todo el mundo, entre ellos el propio George W. Bush y el Papa Benedicto XVI, en un anticipo de lo que será el día a día a partir del 20 de enero, cuando asuma la presidencia.
Un comienzo en familia. Obama empezó su primer día completo como presidente electo con el simple placer de desayunar con sus hijas, el tipo de actividad familiar cotidiana que tuvo que sacrificar a menudo durante la larga campaña de casi dos años.
Posteriormente por la mañana, Obama salió de su casa solo, con ropa deportiva, una gorra de béisbol y gafas oscuras, y pasó una hora en el edificio de departamentos de un amigo donde él usa el gimnasio.
Entonces regresó a casa para asearse antes de dirigirse a la oficina: un edificio en el centro de la ciudad donde encabezó una teleconferencia para agradecerle a sus colaboradores de campaña en todo el país. El presidente electo vestía traje, pero sin corbata, y llevaba un maletín negro.
Los reporteros le preguntaron cuánto durmió tras su victoria histórica y Obama les respondió: "No tanto como hubiera querido".
Obama planea quedarse en Chicago en resto de la semana, incluyendo un fin de semana tranquilo en casa. El mandatario electo todavía estaba tratando de resolver algunos asuntos relacionados con su abuela, que murió el domingo. Es probable que él haga un viaje a Hawai a finales del año para asistir a una pequeña ceremonia privada en su memoria, algo que ella pidió.
El equipo de Obama dijo que se dirigirá a los medios de comunicación en los próximos días, pero que no había planes de hacer pronto los anuncios de designaciones ministeriales.
Además de las muchas decisiones que enfrenta para iniciar su nueva administración, Obama aún tiene que tomar decisiones personales también. Entre ellas cuándo mudar a su familia a Washington D.C. y a qué escuela irán sus hijas, de siete y 10 años.
Entre las decisiones familiares pendientes está la de escoger una mascota. En su discurso de victoria el martes por la noche, Obama le dijo a sus hijas: "Sasha y Malia, las amo tanto a las dos, que se han ganado un cachorro nuevo, que nos acompañará a la Casa Blanca".