Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
21 de noviembre de 2024
Seguinos en
La Iglesia, "exquisita" con los homosexuales
A través de un documento piden hacer test psicológicos a los candidatos al sacerdocio para detectar "tendencias homosexuales fuertemente arraigadas"
31 de octubre de 2008
El Vaticano presentó ayer un documento que les cierra definitivamente las puertas del sacerdocio a los homosexuales. Además, formula un llamado a los obispos diocesanos y a los rectores de los seminarios para que realicen test psicológicos a los candidatos al sacerdocio.

Con el título de Orientación para el uso de las competencias psicológicas en la admisión y en la formación de los candidatos al sacerdocio y presentado por la Congregación para la Educación Católica, el documento reitera que los homosexuales -incluso los que se mantienen castos- no pueden ser curas, así como tampoco pueden serlo los heterosexuales que no saben controlar sus instintos sexuales.

"Si alguien muestra tendencias homosexuales fuertemente arraigadas, no puede ser admitido en un seminario", aseguró ayer el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica, al presentar el documento, que fue aprobado por el Papa el 9 de junio último.

"No porque cometa pecado, sino porque la homosexualidad es una desviación, una irregularidad, una herida para poder ejercer el sacerdocio, que consiste también en ser un padre espiritual y en saber relacionarse con los otros", agregó el purpurado, al explicar los fundamentos de la restricción.

Después del estallido del escándalo por abusos sexuales de niños cometidos por sacerdotes en Estados Unidos, que significaron para la Iglesia Católica un terrible daño de imagen así como el pago de millonarias indemnizaciones, el Vaticano ya había publicado en 2005, hace tres años, una nota que prácticamente les prohibía a los homosexuales el ingreso a los seminarios.

Ahora, la Santa Sede no sólo refirma su posición, sino que en el nuevo documento se muestra más categórica y advierte que "no basta cerciorarse de la capacidad de abstenerse del ejercicio de la genitalidad, sino que es necesario evaluar la orientación sexual".

"El camino formativo deberá ser interrumpido en caso de que el candidato, pese a su empeño, el sostén del psicólogo o la psicoterapia, continuara manifestando la incapacidad de enfrentar de manera realista, si bien con la gradualidad de cualquier crecimiento humano, las propias graves situaciones de inmadurez (fuertes dependencias afectivas, notable falta de libertad en las relaciones, excesiva rigidez de carácter, falta de lealtad, identidad sexual incierta, tendencias homosexuales fuertemente arraigadas)", indica el texto.

"Lo mismo debe valer también en el caso en el cual resultara evidente la dificultad a vivir la castidad en el celibato, vivido como una obligación tan pesada que compromete el equilibrio afectivo-relacional", agrega el documento.

El Vaticano llama a los rectores de los seminarios a que recurran a psicólogos y utilicen tests mentales para evaluar si los candidatos al sacerdocio reúnen los requisitos exigidos, práctica que en verdad varias casas de formación ya utilizan, pero que jamás había sido formalmente auspiciada por un documento, según pudo saber LA NACION.

"Los errores de discernimiento en las vocaciones no son raros y muchas ineptitudes psíquicas, más o menos patológicas, se hacen manifiestas sólo después de la ordenación sacerdotal. El detectarlas a tiempo permitirá evitar muchos dramas", señala el documento.

También señala: "Aquellos que hoy piden entrar al seminario reflejan, de modo más o menos acentuado, el malestar de una mentalidad emergente caracterizada por el consumismo, por la inestabilidad en las relaciones familiares y sociales, por el relativismo moral, por visiones erradas de la sexualidad, por la precariedad de las elecciones, y por una sistemática negación de valores, sobre todo de parte de los medios de comunicación masiva".

El uso de psicólogos, que deberán tener una formación católica, sólo podrá tener lugar con el consentimiento del candidato que será analizado, y con pleno respeto de su privacidad.

Se decidirá cuando haya dudas, en cada caso, y no sólo con el fin de desvelar patologías psíquicas o la posible homosexualidad del candidato, sino también las potenciales dificultades de los aspirantes heterosexuales a la hora de mantenerse célibes. Porque "vivir la castidad del celibato como una obligación insoportable puede comprometer el equilibrio afectivo y relacional", dice el documento.

Como era de esperar, el nuevo documento vaticano provocó fuertes reacciones en el mundo gay. "Estamos en presencia de un verdadero racismo de parte de los aparatos clericales", denunció Franco Grillini, presidente de Gaynet.

"Si para ser cura -agregó-, el requisito principal es la castidad, o la (imposible) renuncia a cualquier actividad de carácter genital, la orientación sexual debería ser irrelevante. Y en cambio no, si uno es gay, nada de sacerdocio".