River está haciendo la peor campaña de su historia. Marcha último y solo.

Ni bien terminó el empate ante Newell's, Diego Simeone liberó su bronca pegándole una trompada al banco de los suplentes y terminó con una mano lesionada, por lo que finalmente estalló al parecer en una crisis de nervios y prefirió abandonar el Monumental sin decir palabra.

En lugar de ir al vestuario, Simeone tuvo que dirigirse al centro médico del estadio para que le atendieran la mano izquierda, mientras para sus adentros maldecía y no podía creer que su equipo haya quedado solo en el último puesto de la tabla tras haber sido campeón en el torneo pasado.

Además, hubo que darle medicación para calmar sus nervios.

El hecho se supo en momentos en que la prensa se dirigía al salón de conferencias, donde se informó que el encuentro con los periodistas podía postergarse debido al incidente y finalmente que no se realizaría.

Mientras, Simeone se iba del Monumental maltrecho.

Tan maltrecho y herido como este River que no encuentra el rumbo en el Apertura.