Acordaron los países del bloque formar una comisión de seguimiento de los efectos de la crisis en el bloque. Argentina propuso cerrar las fronteras comerciales
Argentina le propuso ayer al resto de los miembros del Mercosur aumentar la protección frente a la llegada de productos desde terceros países para cubrirse así de los efectos de la crisis financiera. Y también hizo escuchar su planteo acerca de la necesidad de que haya financiación multilateral flexible para gobiernos en problemas.
Con mucho análisis y pocas decisiones concretas, ayer se realizó en Brasilia la reunión Extraordinaria del Consejo del Mercosur para buscar respuestas comunes frente a la debacle. Doce delegaciones llegaron hasta la capital brasileña, que por estos días atraviesa una de las semanas más calurosas del año, con temperaturas cercanas a los 40 grados. Ayer, el feriado por el día del funcionario público dejó casi desierta a la llamada Explanada de los Ministerios, que agrupa a los edificios estatales.
En la reunión en el Palacio de Itamaraty, la cancillería brasileña, estuvieron los países del Mercosur, acompañados por Venezuela, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Guayana y Surinam. El auditorio del subsuelo del edificio diseñado por Oscar Niemeyer, el mítico arquitecto que desarrolló esta capital, era el único lugar donde el calor no conseguía colarse.
La delegación argentina fue la más numerosa. Estuvo encabezada por el canciller Jorge Taiana y el ministro de Economía, Carlos Fernández junto a secretarios y subsecretarios. También estaban Arnaldo Bocco y Carlos Perez por el Banco Central, ante la ausencia de Martín Redrado.
Los motivos para convocar a tantos funcionarios sobran. En primer lugar fue Taiana quien pidió que se concretara esta reunión, solicitud que fue concedida por Brasil después de dar varias vueltas. En segundo, Argentina vino a insistir con la suba de los aranceles externos para la importación desde terceros países, una idea que nos es muy bien vista por los brasileños (más información en esta página). "Vamos a examinar la propuesta argentina" fue la escueta promesa del canciller local, Celso Amorim.
En el encuentro todos los países partieron del mismo análisis: la crisis fue originada por los países industriales, pero sus efectos se harán sentir en los mercados emergentes. Por eso, la urgencia de la reunión se centró en analizar cuáles son los caminos para evitar que las medidas adoptadas por los países centrales para salir del atolladero "acarreen costos adicionales para los países en desarrollo", aseguraron al diario Clarín.
Esa fue una de las conclusiones del debate, que se extendió tres horas, una más de lo previsto. El retraso determinó que la delegación chilena se fuera antes, mientras que los argentinos se subieron al Tango 03 cuando aún no había terminado la rueda de prensa encabezada por Amorim y Taiana. El argentino viaja hoy hacia El Salvador, para preparar la cumbre presidencial.
"Es la primera vez que asisto a una reunión de este tipo en la que, en lugar de plantearse varios temas, hay uno solo: la crisis financiera internacional", dijo Amorim al inicio de la conferencia. Y explicó que la magnitud de la crisis generó que por primera vez los países de la región se reúnan para analizarla y hablar "con una voz común". También apuntó que esta reunión fue "el inicio de un proceso" por lo que no debían esperarse de aquí "todas las respuestas".
Los más satisfechos fueron los funcionarios del Ministerio de Economía. Destacaban que el discurso de Carlos Fernández fue "muy bien recibido" e incluso se propuso que se usara como base para desarrollar un documento común. Así, Fernández tuvo en Brasilia un protagonismo al que no está acostumbrado. El ministro planteó la necesidad de "nuevos instrumentos de asistencia financiera multilateral para los países en desarrollo, bajo esquemas flexibles". Así, apuntó a presionar al FMI y al Banco Mundial para que armen líneas de créditos rápidas para países en problemas.