Aunque parezca mentira, mientras rogaba por un rescate estatal, la firma siguió gastando millones de dólares en compensaciones para sus ejecutivos en retirada
Aun mientras rogaba por un rescate del gobierno estadounidense para salvarse de la quiebra, el banco de inversión Lehman Brothers aprobó millones de dólares en compensaciones para sus ejecutivos en retirada, se supo ayer durante la primera audiencia en el Congreso de EE.UU. sobre las causas de la actual crisis financiera.
La audiencia comenzó con la descripción de Lehman Brothers como una compañía dirigida por "líderes irresponsables" que continuaron recompensando a sus ejecutivos y siguieron gastando miles de millones de dólares en opciones de recompra aun cuando documentos internos advertían una crisis inminente.
"Era una compañía en la que no había responsabilidad por el fracaso", disparó el presidente del Comité de Reforma Gubernamental y Control de la Cámara baja, Henry Waxman, según el diario Clarín.
Según el legislador, un análisis interno determinó que Lehman no se movió lo suficiente o tempranamente rápido para advertir la crisis, y concluyó que la compañía "no tuvo disciplina" en sus operaciones financieras antes de ir a la quiebra.
Un documento de Lehman, entre los miles que analizó el comité, mostró que cuatro días antes de que el banco se declarara en quiebra se le pidió a la comisión de compensación de Lehman que entregara 20 millones de dólares en "pagos especiales" a tres ejecutivos que se estaban yendo de la empresa, denunció Waxman. Pero, acaso, el dato más revelador fue que el CEO del quebrado Lehman, Richard Fuld, se terminó llevando a su casa 350 millones de dólares a lo largo de ocho años.
"No pretendo que me tengan lástima", dijo Fuld ayer.
Otro documento divulgado en el Capitolio mostró también que los ejecutivos de Lehman fueron advertidos en una reunión en enero de este año de que la compañía enfrentaba problemas de liquidez. Aun así, el banco siguió con sus gastos de capital, incluidos 5 mil millones de dólares en sueldos extras, 4 mil millones en acciones y 750 mil dólares en pagos de dividendos entre 2007 y el día en que el banco quebró, el 15 de septiembre.
"Usted fue capaz de embolsarse 500 millones de dólares y mi pregunta es si eso es justo para un presidente ejecutivo de una empresa que ahora está en quiebra. Es algo inimaginable", se enfureció Waxman con la mirada clavada en Fuld.
El empresario corrigió la cifra, la redujo a 350 millones de dólares y aceptó toda responsabilidad por las decisiones tomadas al frente del banco, pero dijo a los legisladores que no era razonable esperar que él pudiera advertir que se venía semejante crisis financiera.
"Nadie, ni siquiera yo, anticipó cómo los problemas que empezaron en el mercado hipotecario iban a extenderse al mercado de crédito y al sistema bancario y amenazar ahora a todo el sistema financiero y al país. Como muchas otras instituciones financieras, Lehman Brothers cayó presa de este tsunami financiero", se atajó. Y siguió: "Basado en la información que tenía entonces, creo que estas decisiones y acciones fueron tanto prudentes como apropiadas." Pero admitió que si hubiera sabido lo que sabe ahora, "habría hecho las cosas de otra manera".
Subrayó además que tenía 10 millones de acciones de Lehman cuando el banco quebró, perdiendo decenas de millones de dólares. "Yo creía en esta compañía. Pude haber vendido esas acciones. No lo hice. Porque creía firmemente que íbamos a ser rentables y nos íbamos a recuperar."
La caída de Lehman desató el pánico financiero, impulsando al gobierno de George Bush a elaborar un salvataje de 700 mil millones de dólares, aprobado el viernes pasado por el Congreso.