Las bolsas mundiales viven hoy otro día negro y reaccionan negativamente pese de la aprobación del plan de rescate estadounidense. El índice de la Bolsa de Nueva York, el Dow Jones, perforó la barrera de los 10.000 puntos por primera vez desde octubre de 2004, afectado por el agravamiento de la crisis financiera.

El Dow Jones de Nueva York bajó un 3,52% y cerró por debajo de los 10.000 puntos, algo que no ocurría desde octubre de 2004, en un lunes negro en las bolsas mundiales a pesar de la movilización de los gobiernos para hacer frente a la crisis financiera.

Según los datos disponibles al cierre, el Dow Jones de Industriales, el índice más importante de Wall Street, bajó 363,35 puntos (3,52%) hasta 9.962,03 unidades, después de llegar a descender durante la sesión más de 800 unidades (7,75%).

El mercado Nasdaq, donde cotizan la mayoría de las empresas de tecnología e informática, perdió 84,43 enteros (4,34%) hasta 1.862,96 unidades, mientras que el selectivo S&P 500 retrocedió 42,21 puntos (3,84%) hasta los 1.057,02.

De todos modos, consolidó la tendencia del lunes por los pronunciados descensos en las bolsas asiáticas y europeas: Tokio (-4,25%), Hong Kong (-2,9%), Londres (-7,85%), París (-9.04%), Frankfurt (-7,07%), Madrid (-6,06%) y Milán (-8,24%).

Las operaciones en los mercados de San Pablo y Buenos Aires tuvieron suspendidas temporalmente por caídas de más del 10 por ciento.

Los asesores económicos de la Casa Blanca afirmaron que la situación en el sistema financiero de los EEUU es aún grave pese a la entrada en vigor del plan de rescate del sector valorado en 700.000 millones de dólares, aprobado el pasado viernes por el Congreso.

Ante la extensión de la crisis financiera, están aumentando los llamamientos en Wall Street para que los bancos centrales hagan un recorte coordinado de tipos de interés.

La Reserva Federal tiene previsto reunirse el 28 y 29 de octubre, aunque, según los analistas, podría anunciar antes un recorte de las tasas de interés desde el 2 por ciento actual.

La Reserva Federal inyectó 25.000 millones de dólares más al sistema monetario a través de su banco de Nueva York, encargado de este tipo de operaciones.