3 de diciembre de 2024
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Cuando la “Coca” era el mayor deseo de los argentinos
Isabel Sarli, la actriz que hizo el primer desnudo total en Argentina hace 50 años, es aún un icono para varias generaciones. El recuerdo de sus películas
2 de octubre de 2008
Por Roberto Aguirre Blanco
Prohibida, perseguida, señalada por una sociedad pacata como una “cualquiera”, Isabel Sarli se convirtió hace ya cinco décadas en un símbolo de la sexualidad de los argentinos, del placer oculto, de la libertad y el arte kitch por excelencia.
La “Coca” Sarli, mucho mas deseada que la bebida cola, con formas mas provocativas que su botella emblemática, estrenó hace medio siglo, el 2 de octubre de 1958, su primera película, “El Trueno entre las hojas”, para dar inicio a una sociedad tan perturbadora como revolucionaria en el cine argentino junto a Armando Bó.
Esa película, basada en un libro de Augusto Roa Bastos, mostró por primera vez en las pantallas nacionales a una actriz argentina desnuda de frente, bañándose en un arroyo en plena selva misionera.
A los 21 años, la ex miss Argentina, que debutaba en el cine, mostró sus esplendidos pechos sin siliconas y ya nada fue igual en esta industria del arte.
Ella también cargó con los dedos acusadores de una sociedad reprimida de los años sesenta y dictatorial de los setenta, pero sin dudas el cachetazo que le dio su madre el mismo día que se estreno el filme fue el dolor mas grande que sufrió en su vida.
Armando Bó convenció a Sarli a realizar la escena con algunas mentiras piadosas de por medio –le dijo que sería una toma en plano general de muy lejos y que ella llevaría un traje color carne—nada de eso se cumplió, y el plano medio de las lolas maravilosas de la “Coca” inundaron la pantalla y las fantasías de millones de espectadores en Argentina y el mundo.
La sociedad artística duró hasta 1981, año de la muerte de Bó, y produjo mas de treinta películas, una mas controvertida que otra, con una fórmula exitosa: temas sociales, escenarios naturales, baños en ríos y lagunas con la actriz desnuda y las mejores fantasías sexuales en primer plano.
Además fueron una pareja que se amó por 25 años, sin casamiento ni convivencia ya que Armando Bó nunca se separó de su esposa, con quien tuvo cuatro hijos.
La fama internacional de Isabel quedó plasmada en mas de 10 premios ganados y con filmes realizados en México, Estados Unidos y Brasil, además de haber sido la primera mujer de Argentina en tener un espacio en la mítica revista “Playboy”.
Fue en 1961, cuando la revista de Hugo Hefner publicó varias fotos de una película de Sarli “violada” por varios sabaleros al lado de un río con el título. “La Diosa sexual de las Pampas”.
Sin embargo, la fama afuera de las fronteras era contrarrestada por la persecución de la censura de Argentina que prohibía sus películas o le realizaba grandes cortes al largometraje, especialmente en las escenas “más calientes”.
Bó pasó varias noches preso tras estrenar en Buenos Aires algunos de su filmes y es recordada aún la persecución personal que le realizó un censor quien no lo dejó estrenar ningún filme por mas de cinco años.
Cuenta como anécdota la “Coca”, que una vez se encontraron los tres, el censor la actriz y Bó, en un pequeño ascensor luego de una visita a un juez en Tribunales, y durante el viaje a la planta baja el responsable de las prohibiciones no pudo sacar los ojos del escote de Sarli. Era tener en vivo y directo el objeto de deseo que tantas veces cortó en la sala de exhibición.
El director empezó entonces a filmar dos versiones de una misma escena, una para la Argentina y otra para el mercado internacional. Una, por ejemplo, donde Sarli totalmente voluptuosa se hundía excitada en la paja de un establo porque se sentía una “yegua en celo”, mientras que para la versión nacional se revolcaba entre tules blancos como una mujer manejada por un deseo irrefrenable.
En las tomas cortas con planos detalles de manos sobre los pechos de Sarli siempre se hicieron con la actuación de Armando Bó en esa situación, pero una vez, en la inolvidable película “Carne”, la exigencia del guión marcaba una violación sobre una res en un frigorífico.
Allí el actor Romualdo Quiroga debía manosear sin contemplaciones el cuerpo de la “Coca” mientras intentaba violarla y no se animaba ante la presencia intimidatoria de Bó en el set.
Isabel Sarli, totalmente desnuda tirada sobre la res de carne le dijo una frase reveladora antes de la escena: “Toque Romualdo, toque sin temor, que es trabajo”.
Homenaje a la carrera de Isabel Sarli
Prohibida, perseguida, señalada por una sociedad pacata como una “cualquiera”, Isabel Sarli se convirtió hace ya cinco décadas en un símbolo de la sexualidad de los argentinos, del placer oculto, de la libertad y el arte kitch por excelencia.
La “Coca” Sarli, mucho mas deseada que la bebida cola, con formas mas provocativas que su botella emblemática, estrenó hace medio siglo, el 2 de octubre de 1958, su primera película, “El Trueno entre las hojas”, para dar inicio a una sociedad tan perturbadora como revolucionaria en el cine argentino junto a Armando Bó.
Esa película, basada en un libro de Augusto Roa Bastos, mostró por primera vez en las pantallas nacionales a una actriz argentina desnuda de frente, bañándose en un arroyo en plena selva misionera.
A los 21 años, la ex miss Argentina, que debutaba en el cine, mostró sus esplendidos pechos sin siliconas y ya nada fue igual en esta industria del arte.
Ella también cargó con los dedos acusadores de una sociedad reprimida de los años sesenta y dictatorial de los setenta, pero sin dudas el cachetazo que le dio su madre el mismo día que se estreno el filme fue el dolor mas grande que sufrió en su vida.
Armando Bó convenció a Sarli a realizar la escena con algunas mentiras piadosas de por medio –le dijo que sería una toma en plano general de muy lejos y que ella llevaría un traje color carne—nada de eso se cumplió, y el plano medio de las lolas maravilosas de la “Coca” inundaron la pantalla y las fantasías de millones de espectadores en Argentina y el mundo.
La sociedad artística duró hasta 1981, año de la muerte de Bó, y produjo mas de treinta películas, una mas controvertida que otra, con una fórmula exitosa: temas sociales, escenarios naturales, baños en ríos y lagunas con la actriz desnuda y las mejores fantasías sexuales en primer plano.
Además fueron una pareja que se amó por 25 años, sin casamiento ni convivencia ya que Armando Bó nunca se separó de su esposa, con quien tuvo cuatro hijos.
La fama internacional de Isabel quedó plasmada en mas de 10 premios ganados y con filmes realizados en México, Estados Unidos y Brasil, además de haber sido la primera mujer de Argentina en tener un espacio en la mítica revista “Playboy”.
Fue en 1961, cuando la revista de Hugo Hefner publicó varias fotos de una película de Sarli “violada” por varios sabaleros al lado de un río con el título. “La Diosa sexual de las Pampas”.
Sin embargo, la fama afuera de las fronteras era contrarrestada por la persecución de la censura de Argentina que prohibía sus películas o le realizaba grandes cortes al largometraje, especialmente en las escenas “más calientes”.
Bó pasó varias noches preso tras estrenar en Buenos Aires algunos de su filmes y es recordada aún la persecución personal que le realizó un censor quien no lo dejó estrenar ningún filme por mas de cinco años.
Cuenta como anécdota la “Coca”, que una vez se encontraron los tres, el censor la actriz y Bó, en un pequeño ascensor luego de una visita a un juez en Tribunales, y durante el viaje a la planta baja el responsable de las prohibiciones no pudo sacar los ojos del escote de Sarli. Era tener en vivo y directo el objeto de deseo que tantas veces cortó en la sala de exhibición.
El director empezó entonces a filmar dos versiones de una misma escena, una para la Argentina y otra para el mercado internacional. Una, por ejemplo, donde Sarli totalmente voluptuosa se hundía excitada en la paja de un establo porque se sentía una “yegua en celo”, mientras que para la versión nacional se revolcaba entre tules blancos como una mujer manejada por un deseo irrefrenable.
En las tomas cortas con planos detalles de manos sobre los pechos de Sarli siempre se hicieron con la actuación de Armando Bó en esa situación, pero una vez, en la inolvidable película “Carne”, la exigencia del guión marcaba una violación sobre una res en un frigorífico.
Allí el actor Romualdo Quiroga debía manosear sin contemplaciones el cuerpo de la “Coca” mientras intentaba violarla y no se animaba ante la presencia intimidatoria de Bó en el set.
Isabel Sarli, totalmente desnuda tirada sobre la res de carne le dijo una frase reveladora antes de la escena: “Toque Romualdo, toque sin temor, que es trabajo”.
Homenaje a la carrera de Isabel Sarli
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