Con una inversión de U$S 3.500 millones, el gobierno relanzó el programa de desarrollo nuclear para terminar Atucha II (foto) y construir una cuarta central atómica
El plan de reactivación del sector nuclear apunta a terminar la central de Atucha II, iniciar los estudios para la construcción de una cuarta usina atómica y retomar la producción de uranio enriquecido interrumpida en los 80 por presiones internacionales.
Se busca también una reinserción internacional en un sector muy sensible, pero con grandes posibilidades de aportar negocios al país por medio de la venta de equipos y servicios a los estados que no cuentan con desarrollo nuclear.
Una muestra de esto se concretó hace unos días con la provisión de un reactor para Australia que fue construído en forma conjunta entre el INVAP y la CONEA.
El paquete implicará en los próximos ocho años una inversión cercana a los US$ 3.500 millones y permitirán generar —según los datos oficiales— no menos de 6.000 nuevos puestos de trabajo.
El nuevo "Plan Argentino Nuclear" se focaliza en la reactivación de dos cuestiones estratégicas: la generación de energía nucleoeléctrica y el desarrollo de las aplicaciones y los servicios de la tecnología nuclear en los sectores de la salud, la industria y la actividad científica.
Junto con la conclusión de la Atucha II, que ya lleva 25 años en obra, el plan de relanzamiento del sector nuclear también prevé la extensión de la vida útil de la central de Embalse, el incremento de la producción de agua pesada en la planta neuquina de Arroyito y un fuerte impulso a la construcción del reactor de potencia Carem que hasta ahora no ha pasado de ser un prototipo.
La decisión oficial de salir a reflotar el desarrollo nuclear se basaría, en principio, en una doble cuestión económica y política.
Por el lado económico, aparece la necesidad de buscar una fuente de generación de energía alternativa para hacer frente a los aumentos del precio del petróleo y la caída de las reservas de crudo y gas que se registran en el país.
Sin llegar a reconocer que el sector eléctrico está en una situación crítica, los funcionarios de la Secretaría de Energía admiten que la central Atucha II será vital para atender el abastecimiento de los próximos años y, al mismo tiempo, reducir el consumo actual de gas y fuel oil que demandan las centrales térmicas. Cuando entre en servicio Atucha II utilizará 200 kilos de uranio que permitirá liberar más de 3 millones de metros cúbicos diarios de gas natural para las industrias y los usuarios residenciales.
A eso se agrega el tema vinculado con el medio ambiente y el efecto invernadero. Tanto la central de Atucha II que se prevé concluir, como la nueva usina nuclear de 1.000 MW que se em pezaría a construir a partir del 2010 no emitirán Dióxido de carbono (CO2), ni contaminarán el ambiente como lo puede hacer una generadora térmica.