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21 de noviembre de 2024
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Dicen que el Vaticano no acepta al embajador francés por gay
La Santa Sede afirma que es por su "perfil personal". En París, que es por su sexualidad. Mientras tanto, silencio de tumba
29 de septiembre de 2008
¿Qué pasa que todavía el Vaticano no aceptó al embajador francés en la Santa Sede? Eso es lo que todos se preguntan en Roma y en los pasillos vaticanos.

Lo concreto es que cuando Benedicto XVI viajó a París y Lourdes entre el 12 y el 15 de este mes, en una gira apostólica muy importante para las relaciones entre el Vaticano y la Francia campeona del laicismo, en la espléndida Villa Napoleone, sede de la Embajada ante la Santa Sede, el inquilino principal era el encargado de Negocios, Pierre Cochard, aunque hacía casi nueve meses que habían comenzado las gestiones diplomáticas para reemplazar al embajador Kessdijian, quien presentó cartas credenciales al papa Benedicto XVI en 2005.

Hace unos días, el diario católico conservador Le Figaro proporcionó una clave importante. En una información de apenas seis líneas informó que ante la Santa Sede el gobierno de París había presentado para ser embajador a un personaje importante: el secretario general adjunto del Qai d'Orsai, la Cancillería francesa.

El cargo identifica al número dos de la carrera diplomática. Su nombre: Jean-Loup Kuhn-Delforge.

Pero según Le Figaro, desde la Secretaría de Estado vaticana el nombramiento no había sido aceptado por el "perfil personal" del candidato. Como se hizo con nuestro propuesto embajador Alberto Iribarne, el Vaticano no dice nada: simplemente el plácet no sale, queda cajoneado.

Anteanoche, la agencia noticiosa italiana AGI escribió en una crónica titulada "no se encuentra un embajador hétero y monógamo", que el primer candidato del presidente Sarkozy fue el conocido historiador Max Gallo, quien no aceptó.

Otro candidato rebotó porque es divorciado y vuelto a casar como Sarkó, que tiene entre pecho y espalda tres casamientos y dos divorcios. Otro aspirante "es un diplomático, homosexual declarado y militante, tanto que agregó a su propio apellido el del hombre con el que convive abiertamente", señala AGI.

Según Le Figaro hay dos "buenos candidatos" de repliegue. Stephane Chmelewsky, un diplomático que organizó el viaje del Papa a Francia y el hombre de negocios Marc Odendall, que también es ciudadano alemán y está bien vinculado al Vaticano.

Hasta ahora la única novedad que se ha registrado es el cambio del encargado de Negocios Pierre Cochard por el ministro Alexander Morois.

El presidente Sarkozy se mostró abierto con el Papa, que lo visitó, y ambos coincidieron en abrir un período de gran colaboración con el "laicismo abierto". Francia es muy celosa de su autonomía y de la neutralidad del Estado en materia religiosa.

No se sabe si Sarkó digerirá el rechazo implícito del candidato oficial por parte de la Santa Sede o, como se temía en el caso argentino, la perspectiva será que durante un largo tiempo no haya un embajador francés en Villa Napoleone porque el Vaticano no responde al pedido de plácet para demostrar su oposición al candidato.

Tal vez Francia ha presentado ya un nuevo candidato, tal vez no.

En Argentina, el jueves, la crisis del caso Iribarne concluyó definitivamente cuando el Vaticano anunció al encargado de Negocios, Hugo Gobbi, que en sólo seis días el Papa había aceptado a "Juampi" Cafiero como nuevo embajador de nuestro país.

La crisis con Francia, cuyos contornos comienzan a hacerse públicos, cumplirá diez meses en octubre. Demasiado tiempo: más tiempo pasa y más se roza el escándalo.