La ex secretaria de Uberti y mujer clave en el caso de la valija fue mencionada por el abogado de Franklin Durán en el juicio que se sigue en Miami. Los detalles
"¿Tuvo usted relaciones sexuales con Victoria Bereziuk?".
La pregunta retumbó en la sala de audiencias de la corte federal de Miami dejando a todo el mundo perplejo y en estado de alerta.
"Objeción", gritó el fiscal. Inmediatamente, la jueza convocó al abogado defensor de Franklin Durán, Ed Shohat, y al fiscal Mulvihill al estrado para discutir el tema sin que nadie pudiera escuchar lo que se dijeran.
Los miembros del jurado estaban visiblemente desilusionados. Es lógico: ¿quién no quiere escuchar historias de sexo?
"Aquí hay demasiados problemas de gasoductos...", reaccionó uno de los periodistas que está cubriendo el juicio silbando bajito. "Si, gasoductos... hummmmm". "Sexo es lo único que nos faltaba para tener esta historia completa!", dijo otro, según relata en su crónica la corresponsal de Clarín, Ana Baron.
"Yo estuve en el baño con Antonini... y bueno... qué querés que te diga, puedo entender que Bereziuk haya tenido una debilidad...", ironizó otro.
Al retomar su interrogatorio, Shohat no pudo volver sobre el "hanky panky con Bereziuk". Pero una vez terminada la audiencia, cuando ya los miembros del jurado y el propio Antonini se habían retirado de la sala, Mulvihill se quejó fuertemente.
"Vuestra señoría --dijo--, no puede permitir en esta sala que se presenten acusaciones de este tipo sin ningún tipo de evidencias".
"Sí tengo evidencias", se defendió Shohat. "Están los mensajes telefónicos que se mandaron".
La relación entre Antonini y Bereziuk, a la que llamaban "el Pedazo", apareció en repetidas ocasiones durante la audiencia de ayer. Según el propio Antonini, en julio del 2007, cuando fue a verlo a Claudio Uberti a Buenos Aires para discutir el proyecto del gasoducto, la que le dio detalles de las licitaciones que iban a tener lugar fue Bereziuk.
Pero no sólo eso. Antonini explicó ayer que si agarró la valija con los ya famosos 800.000 dólares en el Aeroparque fue para ayudarla a Victoria, en un gesto de caballerosidad... Sí, sí claro...¡¡¡que vivan lo buenos modales!!! Y, ¿quién sabe?, lo cortés no quita lo valiente.