"No le hagan caso. La Presidenta soy yo", sorprendió Cristina a un grupo de periodistas que ayer conversaba informalmente con Néstor Kirchner en el lobby del Four Seasons.

Lo decía en serio: se quedó clavada frente a los cronistas y --ante la sorpresa de los hombres de prensa-- se ofreció a hablar.

--¿Presidenta, qué cambió para que se contemplara a los hold outs? --fue la primera pregunta.

--El Gobierno no cambió nada. Los que cambiaron fueron los acreedores. Vinieron con una propuesta mucho más favorable para el país que la de 2005. Hay que preguntarles a ellos qué cambio.

--¿Hay una postergación de los vencimientos de deuda de los próximos dos años...?

--Es una refinanciación. ¿Vos estás buscando un título con la postergación, no? Mirá que ése no es el título del día --le retrucó a Clarín.

Cristina habló varias veces ayer con el jefe de Gabinete, Sergio Massa, sobre ese punto. La instrucción fue: esto es una refinanciación, no una reprogramación de la deuda. El último contacto con Massa había sido a la 1.30 de la Argentina.

--El miércoles podrá ver a Berlusconi con una buena noticia...

--Depende de si entran o no los bonistas italianos. Ya se equivocaron dos veces: cuando aceptaron comprar bonos y cuando rechazaron el canje.

Cristina impuso al jefe del gobierno italiano sobre las novedades de primera mano: hablaron una hora por teléfono.