La bolsa de Nueva York se repliega tras la euforia del fin de semana y la apertura de negociaciones entre el Tesoro estadounidense y el Congreso sobre el rescate
La Bolsa de Nueva York cerró hoy con un descenso del 3,28 por ciento, por la incertidumbre en torno a la eficacia del plan de rescate financiero diseñado por el Gobierno de EE.UU. y después de que el petróleo de Texas subió más de 16 dólares en una jornada.
Según los datos disponibles al cierre, el índice Dow Jones de Industriales, el más importante de Wall Street, bajó 373,46 puntos o un 3,28 por ciento hasta las 11.014,98 unidades.
El mercado Nasdaq, donde cotizan la mayoría de las empresas de tecnología e informática, descendió 94,92 puntos o un 4,17 por ciento para quedar en los 2.178,98 enteros. En la misma línea, el selectivo S&P 500 perdió 48,01 puntos o un 3,83 por ciento, ubicándose en las 1.207,07 unidades.
En tanto, las bolsas europeas, tras mostrar un repunte al promediar la rueda, cerraron a la baja, pese a la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de volver a inyectar 40.000 millones de dólares, que se suman a los 80.000 millones adjudicados el jueves y el viernes de la semana pasada. El Dax de Alemania perdió un 1,3%, el CAC de Francia un 1,8%, el FTSE de Londres un 1,3% y el Ibex español un 2%.
Antes de que la tensión se adueñara otra vez de los operadores, los mercados asiáticos cerraron en alza. El Nikkei ganó un 1,42%, mientras el Topix, el índice que agrupa a todos los valores de la primera sección, avanzó un 1,7%. En tanto, Shanghai cerró con una fuerte alza de 7,77% y el Kospi de Corea del Sur avanzó 0,31%.
El secretario del Tesoro norteamericano, Henry Paulson, se dedicó durante toda la jornada de ayer a reclamarle al Congreso, de mayoría demócrata, que apruebe sin dilaciones un plan de rescate financiero sin precedentes de 700.000 millones de dólares, advirtiendo que la economía colapsará si no se interviene rápidamente.
Representantes del Tesoro de Estados Unidos y de las comisiones de Banca del Senado y de Diputados ya trabajan para pulir la propuesta final, que el Congreso deberá aprobar esta semana con los tiempos acotados. El viernes el Capitolio entra en receso preelectoral.
El plan global de rescate delineado por el gobierno se encontraba ayer en una fase de áspera discusión.
Si bien existe consenso bipartidario para sacar a flote el plan de salvataje, también es cierto que la oposición demócrata plantea exigencias para aprobar las medidas: reducir las ejecuciones de hipotecas, crear una autoridad de rápida acción para la supervisión de las regulaciones financieras, proteger a los contribuyentes de cargar con los costos de la crisis y poner límites a los pagos de ejecutivos de entidades que se coloquen bajo el paraguas de la nueva legislación.
El paquete de US$ 700.000 millones se suma a unos 600.000 millones de dólares ya gastados por la administración Bush en la guerra de Irak. El Congreso deberá ahora subir el techo de endeudamiento a 11,3 billones de dólares, después de ya haberlo incrementado a 10,6 billones en julio para cubrir el rescate de 200.000 millones de dólares para las financieras hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac.