La Reserva Federal aceptó las solicitudes de los dos últimos bancos de inversión locales, Morgan Stanley y Goldman Sachs, de convertirse en entidades comunes
En el sistema financiero estadounidense todo se desbarranca como castillo de naipes.
La Reserva Federal de los EEUU (FED) aceptó a última hora las solicitudes de los dos últimos bancos de inversión locales, Morgan Stanley y Goldman Sachs, de convertirse en entidades bancarias comerciales comunes.
El anuncio pone fin a la historia de los grandes bancos de inversión independientes de Wall Street en su forma actual.
A comienzos de año había cinco entidades de estas características, pero actualmente quedaban sólo dos, a raíz de la crisis financiera surgida en Estados Unidos.
A partir de ahora, el líder del sector, Goldman Sachs, y el número dos, Morgan Stanley, quedarán sujetos a los controles y regulaciones que rigen para el resto de las entidades bancarias.
Ambas empresas gozaban anteriormente de amplias libertades y podían asumir mayores riesgos, dado que no ofrecían negocios para clientes comunes, como giros bancarios.
En marzo, el quinto mayor banco de inversión, Bear Stearns, tuvo que acceder a una adquisición hostil por parte del consorcio financiero JP Morgan Chase.
Como número cuatro, Lehman Brothers se declaró en quiebra la semana pasada y el que fuera el tercer mayor banco de inversión norteamericano Merrill Lynch fue adquirido por el Bank of America.