Lo dijo el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino. Igual, aclaró que el país se "encuentra en una posición robusta" y rechazó "un escenario de catástrofe"
El secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, reconoció hoy que por la crisis
financiera internacional la Argentina sufrirá "una desaceleración del crecimiento", pero aclaró que "no será una catástrofe".
"Creamos en nuestras fortalezas, mucho de la economía es expectativa, en la medida que uno crea sobre la base de datos concretos como tiene la Argentina, el país puede llegar a salir muy bien" de esta coyuntura, dijo el funcionario.
En ese marco, apuntó, que si bien "existe mucha volatilidad, lo importante es que en nuestro país haya trabajo, se mantenga el nivel adquisitivo, y se vean una serie de variables macroeconómicas que den sustento a la economía".
"Argentina hoy está en una posición robusta y en particular uno puede ver una desaceleración del crecimiento" pero eso "no implica que Argentina vaya a entrar en un escenario catástrofe porque en la medida en que el mundo siga con economías dinámicas seguirán importando nuestras exportaciones, seguirá el superávit comercial, sumado a una actitud responsable desde lo fiscal", aseveró.
Según Lorenzino, "Argentina sigue manteniendo la solidez que este modelo ha otorgado en los últimos cinco años" más allá de que, "según mi visión el país carga con un estigma que es la resolución de la crisis del 2001-2002 sin haber hecho un ajuste social".
"Salimos no ajustando salario, reestructurando deuda financiera, con una quita fenomenal, inédita respecto de su deuda externa, y eso es algo que hay que levantar. Argentina tiene que insertarse en los mercados internacionales y lo va a hacer pero producto de la recuperación de su economía", agregó Lorenzino.