Si bien se mantiene la incertidumbre entre los inversores de todo el mundo por la crisis financiera en los EEUU, algunos creen ver oportunidades de compra
Si bien se mantiene la incertidumbre entre los inversores de todo el mundo por la crisis financiera en los Estados Unidos, algunos creen ver oportunidades de compra, según sostuvieron hoy analistas locales y reflejaron Wall Street y el índice Merval.
Al término de una jornada muy volátil, Wall Sreet subió 1,30% y la Bolsa local tuvo una recuperación de 0,61 por ciento.
La incertidumbre, en cambio, en el sector de los títulos públicos se tradujo en una caída del 2,42 por ciento en el Discount en pesos, la emisión más líquida, al tiempo que el Par en la misma moneda quedó 2,44 abajo y el cupón PIB perdió 1,19.
Con todo, el Boden 2014 resultó el más castigado con una caída del 3,84 por ciento y, siempre entre las emisiones más difundidas, el Bogar 2018 cedió 3,13.
Como contrapartida, la caída de los bonos impactó en el riesgo país y esta vez superando en un pasaje de la jornada los 900 puntos básicos. Finalmente, la medición del JP Morgan mostró un avance de 22 puntos básicos a 847 unidades.
De alguna manera la plaza local se sumó a las expectativas de los mercados internacionales en cuanto a la reunión de la Reserva Federal (FED).
El Banco Central norteamericano finalmente no metió mano en las tasas de interés y, decidido a aliviar la turbulencia de los mercados financieros mediante facilidades de préstamos bancarios en lugar de recortar las tasas de interés, las mantuvo en un 2,00 por ciento.
Por su parte, y mientras la tasa básica de interés sigue en los mismos niveles desde fines de abril, los bonos del Tesoro norteamericano a 10 años ofrecieron una rentabilidad del 3,53 por ciento anual.
En la Bolsa porteña las acciones reunieron operaciones por 57,53 millones de pesos y los Cedears aportaron otros 19,42 millones, mientras que los bonos de la deuda movilizaron 858,58 millones.
Entre los pocos matices que mostró el mercado bursátil más allá del repunte final en línea con lo que sucedía en Wall Street, sobresalió el movimiento de Molinos Río de la Plata con un salto del 9,80 por ciento. El crecimiento de la alimenticia estuvo directamente emparentado con la decisión de la empresa de salir en auxilio de sus propias acciones, mediante un programa de recompra por hasta 250 millones de pesos para defender el valor de sus papeles.
Repitiendo una fórmula que ya aplicaron otras empresas frente a una desvalorización bursátil y que la practicó el mismo Mercado de Valores en el 2000, la noticia catapultó los papeles a 8,40 pesos.
El precio que se ofrece pagar es de entre 9 y 10 pesos por papel y el plazo de la oferta es por 10 días hábiles a partir de la aprobación de la Comisión Nacional de Valores.
La alimenticia controlada por Gregorio Pérez Companc justificó la recompra de sus papeles "en el actual contexto macroeconómico con el fin de contribuir a contrarrestar la acción de aquellas circunstancias de los mercados internacionales, que causan el retroceso de los valores de la cotización de sus acciones y las fluctuaciones pronunciadas".
Desde el precio máximo de 13,00 pesos que alcanzó Molinos a fines de febrero, las acciones acumulan una baja del 35,38 por ciento, pero en las últimas tres ruedas remontaron 29,23.