La fuerte caída del tipo de cambio real, por tercer año consecutivo en 2009, preocupa al secotr. Cae muy rápido competitividad, junto a la proyección de crecimiento del PIB
Para los industriales, un dólar que no superará los $ 3,25 durante el 2009 (según la previsión oficial) es mala noticia.
La opinión generalizada entre los productores de bienes es que la depreciación del tipo de cambio bilateral a lo largo del año próximo (perderá contra la inflación) provocará menor actividad, inversiones y empleo.
“A ese tipo de cambio, me conviene importar la cantidad que me falta para satisfacer la oferta, antes que realizar inversiones en maquinaria para cubrirla con mi producción”, admitió un industrial de la alimentación, a condición que se reservara su nombre.
“No voy a importar, porque eso sería competir contra mis propios productos. Pero pondré mi dinero a resguardo, esperando mejores tiempos para invertir”, señaló Teddy Karagozian, presidente de la textil TN Platex.
Karagozian expresa lo que muchos señalan sin el grabador prendido. “Con un tipo de cambio nominal a $ 3,20, la decisión correcta de cualquier empresario es comprar dólares y esperar. No tiene sentido invertir para vender productos más baratos (medidos en dólares), eso va contra la naturaleza del empresario”, agregó durante el diálogo con El Cronista.
Entre los industriales ya empezó a circular una frase: “el dólar nos cubre apenas dos meses de inflación”. Se refieren al 3% que hay entre los $ 3,10 del viernes último y los hipotéticos $ 3,20 promedio para 2009.
“El tipo de cambio debería superar ese valor nominal. Cada vez que la Argentina tuvo dólar bajo, aumentaron la desocupación y otros problemas sociales”, expresó Karagozian. Anticipa el escenario que ven muchos de sus pares para el año próximo: meseta de producción, aumento de la importación, suba de la desocupación (por menor creación de nuevo empleo).
Este industrial textil pide un dólar a $ 4, aunque muchos otros se conformarían con llevarlo a $ 3,50.
Según la visión que predomina en círculos oficiales, inclusive esta alternativa “de mínima” para los industriales, resultaría inflacionaria. De alguna manera, según ciertos economistas, hay un plan no escrito (que además nunca se confesará) para enfriar la economía. Este consistiría en un menor tipo de cambio real, desaceleración del crecimiento económico, y en consecuencia menos inflación. Justo lo contrario de lo que pretenden productores de bienes, exceptuando el tema inflacionario.
Tanto economistas como industriales siguen atentamente la revalorización del peso, no sólo contra el dólar sino también frente al euro y el real.
“Hasta ahora, parte de la competitividad, como también la suba de reservas del Banco Central, se vieron favorecidas frente a la depreciación del dólar en todo el mundo. Con un euro en alza, el precio del billete estadounidense ayudó al cumplimiento de ambos objetivos. Pero eso cambió desde abril, en una tendencia que llegó para quedarse”, explicó un funcionario bajo reserva de su nombre.
A lo cual se agrega una preocupación: la invasión de productos brasileños. “Si con el real apreciado, tenemos tanto déficit comercial con Brasil, no quiero imaginarme qué ocurriría si nuestro tipo de cambio real multilateral (TCRM) sigue bajando”, expresó un industrial.
Además, el TCRM baja a medida que crece la distancia entre la inflación argentina y de aquellos países con los cuales comercia. El 25% estimado por distintos economistas (más allá del IPC oficial) choca contra el 4% de Brasil o el 8% de Chile. De continuar este brecha durante el 2009, habrá mayor pérdida de competitividad para los industriales argentinas.