Hubo permanentes reuniones entre funcionarios de Bush, la Reserva Federal y los principales bancos de Wall Street para rescatarlo. Fracasaron
Se espera un inminente pedido de quiebra del cuarto banco de inversión de EE.UU. y que fue fundado en 1850.
Como el gobierno norteamericano rechazó inyectar fondos en el rescate, Lehman se quedó sin posibilidad de ser vendido.
Después de la "L" viene la "M", señalaban en el mercado; y por ello, tras Lehman, el temor era lo que pudiera acontecer con Merrill Lynch, que fue vendido de urgencia al Bank of America.
Pero el temor persiste sobre la salud de AIG (la principal aseguradora norteamericana) y Washington Mutual.
Las Bolsas de Australia y Nueva Zelanda (en Japón es feriado) abrían con fuertes bajas y se operaba el índice Dow Jones a futuro con pérdida de 3%. El dólar se desplomaba contra el resto de las monedas y el petróleo caía por debajo de los u$s 100.
Será una tensa jornada este lunes para los mercados del mundo, ante una crisis jamás vista en la principal potencia económica tras el crac del 30.
Tras arduas negociaciones durante el fin de semana entre el gobierno, reguladores y banqueros de Wall Street por salvar a Lehman Brothers, anoche el escenario más probable era el de la quiebra.
Por eso la International Swaps and Derivatives Association (ISDA) convocó el domingo por la tarde a una sesión urgente con el fin de reducir los riesgos asociados a una eventual bancarrota de Lehman.
Durante 4 horas los traders de derivados trabajaron cruzando información sobre los contratos de créditos, acciones, tasas, monedas y commodities en los que participa el banco para medir la deuda contingente.
Por lo pronto, Lehman contrató a la firma de abogados Weil, Gotshal & Manges para preparar el potencial pedido de quiebra. En 1990 el estudio de Weil asesoró y lideró el proceso de quiebra de Drexel Burnham Lambert. En el caso de que Lehman caiga debería tramitar la bancarrota a través del Capítulo 7 de la Ley de Quiebras Financieras que protege los intereses de los clientes en detrimento del reclamo de firmas acreedoras.
Las negociaciones del salvataje naufragaron cuando el banco británico Barclays dejó de estar interesado en comprar a Lehman y se retiró de las conversaciones. A falta de un comprador se especulaba anoche que Lehman podía ser puesto en liquidación judicial en las próximas horas, lo que sería una de las mayores quiebras de la historia reciente estadounidense.
El banco inglés dio un paso al costado después de no llegar a un acuerdo sobre la limitación a los posibles riesgos del gigante estadounidense con u$s 690.000 millones en activos.
Barclays era considerado junto con Bank of America (BofA) uno de los potenciales compradores de Lehman, o de partes de este banco. Pero todos los posibles interesados exigieron de alguna forma garantías del gobierno de Bush, a lo que se opuso Washington, a diferencia de las acciones de rescate emprendidas hasta el momento en el marco de la crisis crediticia.
Todo el fin de semana representantes del gobierno estadounidense, de la Reserva Federal y de los principales bancos de Wall Street discutieron el destino de Lehman en una cumbre de crisis en la sede de la Fed de Nueva York. Estas conversaciones corrían una carrera contra el tiempo, y se esperaba algún acuerdo ante la perspectivade un derrumbe en el valor bursátil de la institución de 158 años que hoy podría provocar su liquidación. Lehman es el segundo banco de inversiones estadounidense que está al borde de la quiebra en seis meses. En marzo, Bear Stearns fue vendido en una gestión de urgencia a JP Morgan.
La quiebra de Lehman podría tener consecuencias en todo el sector financiero, porque desarrolla negocios con la mayoría de los principales bancos.
Entre los participantes de la cumbre de ayer en Wall Street se encontraron el secretario del Tesoro, Henry Paulson; los directores ejecutivos de Morgan Stanley, John Mack, y Citigroup, Vikram Pandit, y el presidente de la Fed de Nueva York, Timothy Geithner. Por su parte, Ben Bernanke, presidente de la Fed, no asistió personalmente pero se señaló que siguió el desarrollo de las conversaciones de cerca.
Hasta entonces, la solución que se manejaba era dividir los activos de Lehman en dos, los buenos y los malos. Barclaysquería quedarse con los buenos (excluidas las hipotecas), mientras que un grupo de bancos estadounidenses financiaría los malos.
Ahora, ante la perspectiva de una quiebra, los participantes en las negociaciones podrían tratar de que ésta se produzca de manera gradual y no repentina, para suavizar su impacto en los mercados.
El gobierno de George W. Bush, con Paulson al frente, exige que la solución para Lehman no implique la intervención financiera del Estado, que ya la semana pasada tuvo que acudir al rescate de los colosos hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac y en marzo asistió a Bear Stearns tras su colapso. Los inversores temen que, en caso de que se produzca una venta, sea a un precio irrisorio, como ocurrió con Bear Stearns, que acabó siendo adquirido por JP Morgan Chase a u$s 10 por acción con el beneplácito de la Fed.
Se especula también con que la salida podría incluir la venta de activos negativos a un banco en el que entidades rivales podrían comprar acciones, o hasta permitir que presente una declaración de quiebra.
Una venta sería un gran fracaso para el director ejecutivo de Lehman, Dick Fuld, quien ha sido enfático en señalar que el banco puede sobrevivir como una entidad independiente, y a quien algunos culpan por tardar demasiado en darse cuenta de la profundidad de la crisis que enfrenta la firma.
El viernes las acciones de Lehman se desplomaron a un mínimo de 14 años en medio de la incertidumbre por la manera en que puede resolverse un posible rescate de la firma, especialmente luego de que una fuente dijo el jueves que el Tesoro está reacio a proveer respaldo financiero a un acuerdo. Los papeles de Lehman perdieron 13,5% a 3,65 dólares, tras caer hasta los 3,17 dólares más temprano.