De acuerdo con una pericia hecha por Bomberos no tenían el gas que impulsa el polvo extintor. Además, un perito aseguró que halló una candela en el sector vip de Callejeros
El país del revés se redescubre en cada jornada que se lleva adelante por la tragedia de Cromañón. La revelación que escalofría asegura que once de los quince matafuegos que había en Cromañón la noche del desastre no andaban.
De acuerdo con una pericia realizada por Bomberos, y que fue leída ayer durante el juicio por la tragedia, esos 11 matafuegos se encontraban despresurizados, es decir sin el gas que impulsa el polvo extintor. Los restantes cuatro tampoco estaban perfectos: uno de ellos, cuando se lo sometió a estudios, perdió su carga en apenas 4 segundos, la mitad de tiempo que establecen las normas IRAM.
Los quince matafuegos, por otro lado, carecían de las respectivas tarjetas de identificación de control de carga, lo que contradice las ordenanzas municipales.
La pericia estuvo a cargo del inspector de Bomberos José Ibarra, quien ayer fue interrogado por el tribunal y los abogados querellantes y de los 15 acusados. Varias veces Ibarra se mostró evasivo. Las querellas marcaron que justamente los Bomberos están en la mira porque fueron los encargados de habilitar el lugar en lo que respecta a las medidas contra incendios. En un momento, por ejemplo, Ibarra dijo que desconocía si un lugar donde los matafuegos no tienen tarjetas de identificación puede ser habilitado por Bomberos. ¿Su argumento? Que eso había que preguntárselo al personal de Prevención. Pero después el abogado Mauricio Castro le preguntó en qué dependencias de Bomberos había estado. Y ahí el bombero enumeró a Prevención. "¿Y entonces no sabe lo que se le preguntó?", insistió Castro. Primero Ibarra dio varias vueltas, pero después no le quedó otra que ir al grano: "No", reconoció, Bomberos no debía haberlo habilitado.
El bombero admitió que entre las pruebas que se les hicieron a los matafuegos ninguna había sido con fuego. Y que tampoco, aunque el foco del incendio fue en el techo, se los había probado disparando la carga hacía arriba. Dijo, además, que no se había enterado de que el incendio había sido en el techo, por más que llevó a cabo su pericia 19 días después del desastre.
Ayer, por otro lado, declaró el perito en explosivos Sergio Santillán, quien se mostró sólido. Explicó que del local se habían secuestrado diferentes tipos de pirotecnia (candelas, tres tiros, petardos, bengalas y estrellitas). Se le preguntó cuál producto en particular desencadenó el desastre: "No lo sé. Toda la pirotecnia que se halló era apta para provocarlo", contestó.
Santillán, además, relató que cuando inspeccionó Cromañón cuatro días después de la tragedia encontró en el sector vip, ubicado en el primer piso, una mochila con una candela en su interior. "La saqué y la fotografié", recordó.
Automáticamente, los abogados que defienden a Callejeros lo atacaron a preguntas para ver si se desdecía. Pero el experto se mantuvo en sus dichos.
En el sector vip estuvieron los allegados de Callejeros. Por ser amigos de los músicos, muchos de los que estuvieron en ese sector gozaron de un beneficio extra: no fueron cacheados a la entrada.