Las empresas hacen "análisis ambientales" en las casas de candidatos e indagan en la vida familiar. Todo en medio del vacío legal y un abuso de poder por la necesidad de trabajo
A muchas grandes empresas argentinas ya no les basta con verificar un currículum o con tomarles una prueba: ajustaron las clavijas y usan, para buscar personal, métodos cada vez más invasivos.
Les mandan a estudiar el ambiente en el que viven y argumentan que lo hacen para verificar la veracidad del domicilio y los títulos académicos. Pero los jóvenes cuentan que en esas visitas jamás les piden recibos de sueldo, documentos o analíticos y que, en cambio, los interrogan: que si tienen estufas a gas o eléctricas, que si tienen muchos hermanos, que si pertenecen a un partido político o si están afiliados a un sindicato, cuánto ganan sus padres y hasta, dicen, les espían las habitaciones, según un informe publicado ese miércoles por el diario Clarín.
"Muchas grandes empresas están solicitando estos estudios socioambientales como requisito innegociable antes de contratarlos. Dicen que van a verificar el domicilio, pero es una verdad disfrazada. Ellos ven quiénes y cuántos viven en la casa, si consumen bebidas alcohólicas, qué leen, qué relación tienen con sus vecinos, en qué barrio viven y hasta pueden mirar qué religión profesan. Incluso, con charlas amenas y que simulan ser espontáneas, les hacen preguntas a algún familiar para sacarles más información", cuenta el abogado laboralista Nicolás Schick, al matutino porteño.
Y sigue: "Hay tan poca oferta y tanta demanda de trabajo que los someten a todo tipo de exámenes sabiendo que los jóvenes no van a negarse. Los postulantes saben que si no los dejan entrar a sus casas, se los cataloga como personas conflictivas o que ocultan algo y no los contratan". Esto no ocurre en todos los ámbitos: "Cuando buscan gente que sepa de informática no agudizan los requisitos porque en esa rama falta mano de obra", explica Schick.
Según la Dirección de asistencia a personas en situación de discriminación del Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), no hay norma que permita o prohiba hacer estos estudios socioambientales, pero "un examen que haga suponer que no contratan a alguien porque no tiene padres o porque vive en un barrio de mala reputación, es discriminatorio".
No son las empresas las que se exponen a hacer el trabajo sino que las consultoras son sus brazos ejecutores. Hucap, es una de esas consultoras de "inteligencia en capital humano" que vende servicios de búsqueda y selección de personal a las grandes compañías. Consultado por Clarín, Miguel Perdisi, de Hucap, sostuvo que "los postulantes mienten tanto" que las empresas "piden los ambientales para verificar que la persona viva donde dijo, para ver el acceso que tiene a los transportes o para ver cómo viajaría un día de paro o de lluvia". Claro que para ninguna de las tres verificaciones que menciona parece necesario entrar a la casa.
Otras tres consultoras de recursos humanos entrevistadas reconocieron que las grandes firmas les piden cada vez más que "les filtren" a los candidatos y eso demanda métodos cada vez más "policíacos" (como estos estudios ambientales conocidos porque son usados por las financieras para evaluar la capacidad de pago).
"Este tipo de investigaciones suponen una intromisión en la vida privada donde se pueden filtrar prejuicios que no tienen nada que ver con las aptitudes para trabajar", opina María José Lubertino, presidenta del INADI. "Algo similar está ocurriendo con los avisos que piden gente que, por ejemplo, no viva en zona sur. Ponen como excusa los problemas que les ocasiona el transporte y quienes viven en esas zonas quedan afuera".
En el INADI no hay denuncias sobre estos casos (pueden hacerse al 0800-999-2345). "Es muy difícil de denunciar porque los postulantes no tienen acceso a esos informes como para probar que no obtuvieron el puesto por su lugar de residencia", dice Lubertino. Ante esta dificultad, el INADI empezó a elaborar una lista de recomendaciones a las empresas que incluyen, entre otras cosas, que dejen de exigir currículums con foto o de tomar en cuenta el barrio en el que viven los postulantes.