Los empresarios del sector dicen que deben trasladarlos al consumidor para poder "sobrevivir". Los usuarios, como siempre, siguen siendo las únicas víctimas
Vestirse este veranito será más caro. La ropa de de temporada vendrá con aumentos que van del 20 al 25%, como consecuencia de la inflación que afecta a toda la cadena productiva.
Como en otros sectores, el aumento de precio de las materias primas tiene consecuencias sobre la producción de insumos que, a su vez, repercute sobre el precio de los productos finales. Los empresarios del sector reconocen que para sobrevivir tienen que, necesariamente, trasladar estos aumentos al consumidor.
“En los precios de fábrica hubo un aumento del 17% respecto del verano pasado”, dijo Oscar Pérez Larumbe, presidente de la Cámara de la Industria de la Indumentaria, en diálogo con el diario La Nación. Resaltó además el incremento del precio “de la mano de obra, un aspecto de incidencia directa y significativa”.
Por su parte, el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren, dijo a La Nación que “los insumos subieron un 24 ó 25% aproximadamente en el último año”.
Las marcas, que sufrieron una caída en las ventas durante el invierno, tienen los precios al tope. Sin embargo, se enfrentan al problema de que para mantener la calidad de sus productos deben aumentar aún más los precios.
Para enfrentar esta situación, las estrategias son variadas. Ricardo Yagmourian, dueño de Yagmour, por ejemplo, relató que para paliar el aumento general de precios se posicionaron “con volumen, lo que permite bajar los costos de producción”.
Además, los comercios alientan el consumo con promociones de tarjetas de crédito y bancos.