Según los pobladores la única salvación sería la lluvia. "A uno se le oprime el corazón cuando ve todo esto", dijo el gobernador Schiaretti. Pronostican agua para esta noche
El fuego no cesa en Córdoba y las llamas volvieron a alumbrar el lomo de las sierras cordobesas en el Valle de Punilla: una línea crepitante recorría casi veinte kilómetros desde el Cerro Uritorco, a la altura de Capilla del Monte, pasando por Los Terrones y La Cumbre camino hacia Ischilín, en el norte provincial, empujada por un fuerte viento sur.
"A uno se le oprime el corazón cuando ve todo esto", dijo el gobernador Juan Schiaretti, no bien se bajó de un helicóptero que, junto a Romina Picolotti, la titular de la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación, lo llevó a recorrer la zona cuando ayer caía la tarde. Fue la funcionaria kirchnerista quien estimó el daño en "unas 40 mil hectáreas quemadas", y puso a disposición de la provincia "todo lo que haga falta".
A su lado, Schiaretti rogó -como todos los cordobeses por estas horas- por "una lluvia que todos esperamos" y aseguró que, "por ahora, no necesitamos más bomberos", según consigna el diario Clarín.
La mayor esperanza está ahora puesta en el pronóstico del tiempo. Según le adelantó a Clarín el meteorólogo Pablo Cabrera, "se espera que para la noche de hoy y la madrugada del viernes lleguen las lluvias y hasta nevadas en las Sierras Grandes, lo que haría que bajen las temperaturas entre cero y ocho grados de máxima". Cabrera sonríe por "la buena nueva" que puede dar: "Todos nos están preguntando esto y sabemos que significa nada menos que vida para la vegetación y los animales y tranquilidad para tanta gente que tiene miedo".
En esa zona existe una reserva natural, donde se alojan unos cien monos carayá, y que resultó quemada en un 80 por ciento, aunque ninguno de los animales sufrió heridas. Fueron evacuadas algunas familias que, con el correr del día, retornaron a sus casas.