El gobierno porteño avanza en su plan de desalentar el uso del automóvil en el centro de la ciudad. Una de las medidas para lograr ese objetivo es la eliminación de 1500 parquímetros en la zona, que representan el 25% de esas máquinas en la Capital.

Según publica este jueves el diario La Nación, los trabajos de remoción deberían haber comenzado el lunes pasado. Sin embargo, están retrasados, según confirmaron en dependencias oficiales al matutino porteño.

Lo que sí se determinó fueron las diferentes zonas en que, por etapas, se realizarán las remociones. Los primeros parquímetros desaparecerán de varios tramos de la avenida Belgrano y las calles Rodríguez Peña, Arenales y Tacuarí, correspondientes a la empresa BRD, que tiene junto con Dakota la concesión del servicio. A esta última se le removerán los ubicados en tramos de Arenales, Paraná y Uruguay.

Para una segunda etapa quedarán otros tramos de Sarmiento, Uruguay, Alsina, Tacuarí, Ayacucho, Azcuénaga y Junín.

Según se anunció, el objetivo que persigue el gobierno es la reformulación de la distribución de la oferta de estacionamiento en la vía pública y mejorar la circulación del tránsito. También, según se aclara en la resolución, se pretende liberar la calzada para otros usos, como facilitar la circulación de vehículos de transporte de pasajeros o la determinación de nuevos sectores para la carga y descarga de mercaderías.

En rigor, la medida iba a empezar a regir en julio, según el anuncio. Unas semanas más tarde salió publicada la resolución, pero surgió otro inconveniente: no estaban listos los carteles de aviso sobre la prohibición de estacionar en esos espacios.

Actualmente, la dificultad, según explicaron fuentes oficiales, obedece al desmantelamiento del Ente de Mantenimiento Urbano Integral (EMUI) tras una denuncia de corrupción presentada por el gobierno porteño.

Este organismo es el encargado de realizar las demarcaciones en los lugares donde están los parquímetros con las indicaciones de no estacionar, así como de confeccionar los carteles. Según los cálculos oficiales, los trabajos comenzarían dentro de un mes.