Lo reconoció el flamante gerente de la compañía. Aseguró que "si no hubiera sido por la asistencia del Estado", la compañía "hubiera dejado de volar el 30 de junio"
El gerente general de Aerolíneas Argentinas, Julio Alak, aseguró hoy que "si no hubiera sido por la asistencia del Estado", la compañía "hubiera dejado de volar el 30 de junio" último.
"A fin del último mes, la situación era casi límite en Aerolíneas", afirmó Alak a radio América, al tiempo que destacó que la compañía venía arrastrando "un alto endeudamiento, un déficit operativo mensual importante, y al estar en convocatoria de acreedores, no podía acceder al mercado de crédito".
Además, subrayó que Aerolíneas "no estaba generando los recursos necesarios para afrontar sus operaciones y el pago de salarios". En consecuencia, reflexionó: "Si no hubiera sido por la asistencia del Estado nacional, que asumió la responsabilidad de pagar sueldos y reparar aviones, la aerolínea, el 30 de junio podía parar".
Al respecto, puntualizó que "para una aerolínea es muy difícil dejar de volar, porque después cuesta mucho volver a empezar". Por lo tanto, puso de relieve que "la acción del Estado fue una decisión de última instancia al límite de que la compañía pare" y destacó que "felizmente, el servicio se pudo regularizar".
Responsabilidad. "El Estado tiene responsabilidad en sostener el servicio público de la aeronavegación y a los 10.000 empleados de Aerolíneas y Austral", sostuvo Alak. Además, aseguró que tiene "confianza de intentar desde el Estado que esta aerolínea tan querida por los argentinos, no cierre".
"Con mucho esfuerzo de los sindicatos, de los trabajadores, de los empleados de toda la vida, de los gerentes que tienen 20 o 30 años dentro de la aerolínea, vamos a ir normalizando paulatinamente esta compañía que controla casi 80 por ciento del cabotaje argentino", remarcó el funcionario.