En tono pesimista, un alto directivo del Grupo Santander comparó la gestión de los Kirchner con la Venezuela de Chávez. Dijo que no hay plan a largo plazo
El Banco Santander aportó su cruda descripción de lo que están viendo en la Argentina.
Lo hizo a través de Francisco Luzón. Es el máximo responsable del banco para sus negocios en toda América Latina y habló sin reparos ante un grupo de periodistas argentinos.
No se guardó nada y algunas de sus frases seguro que van a levantar mucha polvareda en la Casa Rosada: mencionó la falta de un plan estratégico a mediano plazo, la incomodidad que sienten algunos empresarios españoles y el riesgo de que se esté por perder otra gran oportunidad.
Pero eso no fue todo. Según publica el diario Clarín, al hablar de la inflación, consideró que por culpa del alza indiscriminada de precios "la democracia se debilita, como muy bien saben los gobiernos autoritarios que acomodan la inflación y tratan de amortiguar sus efectos más evidentes con insostenibles políticas clientelistas".
A qué países se refiere concretamente cuando habla de gobiernos autoritarios.
No se lo voy a responder, pero usted puede imaginar la respuesta. Simplemente le digo que en America Latina hay dos grupos de países, hablando en términos económicos: por un lado los que quieren crecer con un plan ortodoxo, como Brasil, México, Chile, Colombia, Perú o Uruguay, y por el otro lado dos que van por el camino no ortodoxo, que son Argentina y Venezuela. En el primer grupo la inflación creció pero se trabaja para controlarla. En los otros dos, la inflación ya está muy alta en la Argentina póngale el número que quiera y en Venezuela trepa al 31%.
Esto les puede hacer replantear su negocio en el país No. En absoluto. Seguiremos allí, de eso no tenemos dudas, porque nos sentimos argentinos. Pero sentimos que nuestro negocio está creciendo a un ritmo mucho menor al que podría hacerlo. Y eso por qué es: Le hemos dado a este Gobierno y al anterior sobradas pruebas de amor. Nos pidieron que prestáramos más y a tasas más bajas y a plazos más largos y lo hicimos. Duplicamos la cantidad de clientes, los usuarios de tarjetas crecieron doce veces y creamos 2.500 puestos de trabajo. Le creímos siempre al Gobierno, pero sentimos que no hemos sido correspondidos.
Cuál es su diagnóstico, preguntó Clarín.
Luzón dijo que el Gobierno no nos da señales de hacia dónde quiere ir. No sabemos qué va a pasar mañana ni en el mediano plazo. Así no se puede trabajar. Se nos prometió un país previsible y todavía seguimos esperando. Confieso que hay una desmotivación muy grande.