Apenas se denuncia uno de cada tres hechos. Y de los denunciados apenas 4 de cada cien llegan a juicio. Las condenas son menos aún: en dos años, sólo hubo trece
Las cifras son alarmantes, tanto como sobre lo que alertan: en lo que va del año los secuestros virtuales crecieron casi un 50%: ya hubo 596 denuncias contra 793 de todo 2007.
La maniobra siempre consiste en lo mismo: el estafador llama a un número y convence a quien lo escucha de que tiene cautivo a un familiar. De esa manera intenta conseguir dinero en efectivo o tarjetas para hablar por teléfono.
Lo más curioso de esta terrible problemática es que en muchos de los casos las llamadas se hicieron desde alguna cárcel. Para evitar esto, hace un tiempo las autoridades penitenciarias colocaron una grabación que avisa cuando el llamado se hace desde ese lugar. "Ese método no puede eliminarse", dijeron las fuentes al diario Clarín, aunque admitieron que ahora los extorsionadores podrían eludirlo usando teléfonos celulares.
En los casos relevados por Clarín, las víctimas recibieron las llamadas a sus domicilios o sus trabajos. Cuando el llamado se hizo desde celulares, el rastro no se pudo seguir: algunos eran robados y otros tenían chips adulterados.
En las propias fiscalías explican las dificultades que tienen para investigar cada uno de esos casos. "Después que se entrega el dinero o que la víctima, alertada, decide cortar la comunicación, no hay más vínculo con el delincuente. Es muy difícil seguirles la pista por el grado de anonimato que tienen", le explicó a Clarín un fiscal de Instrucción de Capital.
La cantidad de causas que van a juicio son mínimas (cuatro de cada cien) y las que finalmente terminan en una condena, más todavía (no llegan al 1%). En los últimos dos años hubo 13 condenas. Esto también desalienta las denuncias. Y se calcula que sólo se denuncia uno de cada tres casos.
Por eso se apuesta a la prevención como forma de combate efectiva. La gente tiene que saber que la situación de dominio se termina cuando la llamada se corta. Lo deben tener claro como para no dudar cuando los sorprenden , explicaron a Clarín en la Oficina de Asistencia a la Víctima del Delito.
A partir de la repetición de los casos, las empresas telefónicas comenzaron a recibir pedidos de usuarios para que los borren de la guía. Antes el trámite era pago, pero desde hace varios meses es gratis. "La mayoría de los que lo piden comentan que sufrieron un secuestro virtual", dijeron a Clarín en el servicio de atención al cliente de Telefónica de Argentina.
Toda una problemática que preocupa y, sobre todo, asusta.