Uruguay y Brasil afirman que esa política los perjudica. Chávez, en cambio, le prometió a Cristina que la apoyará: "Son una oligarquía que no quiere cambios", acusó
El conflicto entre el Gobierno y el campo pasó las fronteras y fue tema central en Tucumán, en la Cumbre regional con los presidentes latinoamericanos. Algunos países del Mercosur se quejan de las retenciones que la Argentina aplica a las exportaciones de granos. Por el contrario, Venezuela defendió esa política de la presidenta Cristina Kirchner.
Uruguay planteó su crítica abiertamente en la reunión de ministros de Economía y cancilleres. Brasil, en cambio, evitó cualquier reclamo contra la Argentina porque reconoce que en la actualidad es un tema sensible, pero sus diplomáticos admitieron que existen inconvenientes por el diferente nivel de las retenciones al trigo (28%) y la harina derivada de ese cereal (que paga alrededor de la mitad).
El ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori, pidió que las retenciones a exportaciones intra-Mercosur sean "reguladas comunitariamente", es decir que no se apliquen unilateralmente, como hasta ahora, sino que sean fruto de un consenso.
El funcionario del gobierno de Tabaré Vázquez argumentó que las retenciones de un país tienen impacto en el desarrollo económico de los otros socios, dado que esos impuestos encarecen los insumos importados.
El reclamo uruguayo surgió como respuesta a la intención del gobierno de Cristina Kirchner de que las retenciones figuraran como un derecho de los países del Mercosur dentro del Código Aduanero Común, que debería firmarse en esta cumbre, al finalizar la presidencia pro témpore de la Argentina en el bloque, según reconoció el subsecretario de Integración Económica Americana, Eduardo Sigal.
Así se institucionalizarían los derechos de exportación hacia países del Mercosur, que fueron cuestionados ante la Justicia por productores agrícolas argentinos que afirman que esos tributos no deberían regir en el bloque por tratarse de una zona de libre comercio.
Finalmente, el código necesario para el perfeccionamiento de la libre circulación de mercaderías no se rubricará porque existen diferencias sobre las retenciones, entre otros aspectos técnicos, según reconoció el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradia.
En tanto, el canciller brasileño, Celso Amorim, se diferenció de Astori y declaró a la prensa que la posición de su país es que "esas cuestiones sustanciales (en alusión a las retenciones) no deben detener al Código Aduanero".
Amorim aspira a que este tratado se firme en el segundo semestre del año, en que Brasil asumirá la presidencia pro témpore del Mercosur. Brasil no quiso plantear en esta cumbre del Mercosur sus diferencias con las retenciones argentinas porque "comprende la situación que está aconteciendo en la Argentina, que es un tema sensible y que no se gana nada" con un reclamo en este contexto, según explicó el director del Departamento del Mercosur, Bruno Bath.
Sin embargo, el diplomático reconoció que desde hace años Brasil viene explicitando su oposición a que la Argentina aplique al trigo un nivel mucho mayor de retenciones a la harina, lo que favorece la exportación de este producto con mayor valor agregado.
Una actitud contraria tuvo el propio Chávez, quien apoyó a la Presidenta argentina en la pelea con el campo. "Apoyamos fervientemente, con pasión argentinista, peronista, con toda el alma, con todos los nervios de este cuerpo a la presidenta Cristina Fernández, y al pueblo argentino, que llegó en buena hora a levantar las banderas de la humildad y de la libertad y del desarrollo pleno de Argentina", sentenció el presidente de Venezuela tras ser consultado sobre este tema por el diario Clarín.
Después de más de media hora de una reunión en privado entre ambos mandatarios, Chávez fustigó al sector agropecuario argentino y a los "cacerolazos" contra la administración de Cristina como algo similar a lo que enfrentó en el intento de golpe que sufrió en 2002: "Una oligarquía que no quería los cambios y arremetió contra el gobierno".
Sobre la situación de la acería Ternium-Sidor, de la que participaba en un 60% el grupo Techint y recientemente fue nacionalizada por el gobierno, Chávez lo consideró como "un tema del pasado".
Sobre si tocaron ese tema en la reunión entre ambos prsidentes, Chávez dijo: "Tocamos los temas bilaterales, regionales, de Sudamérica, las crisis financieras, el Banco del Sur y la necesidad de acelerarlo".
Y se explayaron también -agregó- sobre el ingreso de Venezuela como miembro pleno al Mercosur, lo que todavía debe ser aprobado por los parlamentos de Brasil y Paraguay. Su país vive ya en "concubinato" con el bloque, afirmó.