La jefa de Estado se mostró una semana a puro pañuelo para cubrir las inflamaciones. Pero luego el estiramiento apareció en todo su esplendor. Y le queda muy bien
Cristina Kirchner cuida su imagen, a pesar de los sinsabores con el campo.
Tras una semana a puro pañuelo en el cuello de la Presidenta, el nuevo look de su cuello dejó en claro que tanta protección no sólo tenía como motivo al frío.
La razón era el nuevo retoque que Cristina se hizo, consistente en la aplicación de hilos tensores para estirar arrugas y darle un aspecto bien joven a esa zona de su cuerpo, reveló la revista Noticias.
Se trata de una técnica revolucionaria muy en boga, que reemplaza los anitiguos hilos de oro por otros de propileno, el mismo material que se utiliza para suturar.
Los aplicados a la mandataria tienen espinillas que se enganchan por debajo de la piel, en la grasa superficial que recubre los músculos de la papada.
El procedimiento de "ajuste" es sencillo, ya que se realiza sin cortes ni cicatrices y con anestesia local. En apenas una hora, el paciente ya tiene colocados de cuatro a seis hilos. Todo, por una suma que según los especialistas va de los 800 a los 1.200 dólares, aunque en algunos casos puede llegar a 2.500.
Si bien no consta que produzcan consecuencias más allá de las inflamaciones transitorias que motivaron los pañuelos de Cristina, este tipo de intervenciones, que tomaron impulso en todo el mundo a partir de la que se hiciera la actriz francesa Catherine Deneuve, son tan recientes que la ciencia aún no logra determinar si pueden producir otros efectos indeseados.