La posibilidad de que la Argentina pierda en los próximos meses la exención preferencial para exportar determinados productos a Estados Unidos sin pagar aranceles generó hoy reacciones en la Argentina.

El embajador argentino en Washington, José Octavio Bordón, fue el primero en reaccionar a la información difundida ayer por la Representación Comercial de ese país (USTR).

El diplomático aseguró que el eventual retiro de las ventajas arancelarias "no es una sanción comercial", y relativizó las pérdidas económicas que la medida podría provocar para la Argentina.

"Es incorrecto hablar de sanciones comerciales. Estados Unidos retira ventajas arancelarias que unilateralmente da a ciertos países y productos", explicó Bordón.

En este contexto, remarcó que la decisión de EE.UU. "afecta a 600 millones de dólares", que, según precisó, equivalen a 1,5 por ciento del total de las exportaciones argentinas al mundo, y a 15 por ciento de las ventas a los Estados Unidos.

Además, el embajador destacó que la medida "no es sólo con la Argentina, sino con todos los países que la usan, como Brasil y otros de todo el mundo".

En esta línea, precisó que el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) engloba a "3400 productos de más de 100 países". Enseguida puntualizo que "ver esto como una relación exclusiva con la Argentina es inconsistente".

Añadió que los productos que dejarían de estar beneficiados "implican para el país poco más de 10 por ciento de todo el comercio" con los Estados Unidos.

"Argentina exporta más de 40 mil millones de dólares al mundo, y 4000 millones a Estados Unidos", insistió Bordón, quien además subrayó que si se retiran las ventajas comerciales esos productos "no desaparecen totalmente", sino que "perderían la ventaja de ingresar con arancel cero".

Además, insistió con que todavía "no se ha tomado ninguna decisión", sino que las autoridades estadounidenses "confirmaron que lo van a estudiar a partir de que [los beneficios] venzan en diciembre".