En medio de la alta tensión que provoca el conflicto entre el Gobierno y el campo, el paro de los transportistas terminó de complicar el panorama y por eso la Casa Rosada hizo gestiones para frenar el paro, e incluso el líder de la CGT, el camionero Hugo Moyano, intercedió ante los empresarios.

Esas gestiones permitieron que los transportistas nucleados en la Federación de Transportistas Rurales Argentinos anunciaran en el Ministerio de Economía el levantamiento de la medida de fuerza.

El problema para la solución del conflicto es que esa cámara, presidida por Carlos Di Nunzio, tiene pocos asociados -unos 1.200- mientras que la otra, CATAC, que conduce Rubén Agugliaro, tiene unos 140 mil y decidió por ahora seguir la huelga.

La razón que esgrimen los huelguistas del transporte es que los productores no les cargan granos para transladar a puerto, a pesar de que la Comisión de Enlace Agropecuaria anunció el levantamiento de la medida.

A esto se suman los camioneros autoconvocados, que no responden a entidad alguna.

Algunos de los referentes de esos camioneros reclamaron desde la ruta 14, en Gualeguaychú, que el Gobierno no los "reprima" y le preguntaron a la presidenta Cristina Kirchner "por qué va a ordenar reprimir si cuando los piqueteros hacen cortes en la Capital Federal a cara tapada, no les hacen nada".

Desde la Comisión de Enlace buscaron despegarse del conflicto, al señalar que el paro está levantado pero cada productor decide si vende o no su grano.

En medio de la confusión, desde la Comisión de Enlace aclararon que "no avalan" lo dicho por los transportistas sobre que hayan acordado en forma conjunta que se vuelva a comercializar granos en forma normal, y en el término de una hora podrían emitir un
comunicado de prensa al respecto.