El grupo Hezbollah mató a 15 israelíes en uno de sus ataques más violentos, mientras que los bombardeos israelíes causaron las muerte de 18 civiles libaneses.

Al menos 15 personas murieron hoy y casi 80 resultaron heridas, en una nueva jornada de ataques intensivos de Hezbollah contra el norte de Israel que demuestran que la guerrilla libanesa no ha perdido su capacidad ofensiva.

Los dos ataques más mortíferos se registraron uno por la mañana en un kibutz cercano a la frontera con Líbano, donde murieron 12 reservistas, y otro, al anochecer, en la ciudad de Haifa donde murieron tres vecinos.

El ataque contra Haifa es el más grave de los que se han registrado contra esa ciudad, la tercera del país, desde que empezó el conflicto y se produjo después de varios días sin que cayeran misiles.

En tanto, el ataque de la mañana se produjo en el kibutz de Kfar Guiladi y todos las víctimas eran reservistas que estaban reunidos al aire libre y desoyeron las alarmas.

En Haifa, entre cinco y siete cohetes hicieron blanco en al menos tres puntos de la ciudad, informaron los servicios de emergencia, y uno de ellos impactó en un edificio que se desplomó y del que han sido rescatados tres vecinos que habían quedado atrapados.

Varias casas se han incendiado a causa de los cohetes, que, según la milicia fundamentalista, son del tipo Raad-2, de medio alcance.

El gran número de víctimas, y el temor a nuevos ataques, ha llevado a las autoridades a decretar el estado de emergencia en todos los hospitales.

"Nunca he retirado a tantos muertos. Esto es terrible", dijo al canal 2 de televisión Ron Valensi, líder del consejo municipal de Galilea y residente de Kfar Giladi.