"Quiero estrellar el vehículo y si queda inservible, usaré un cuchillo. Adiós a todos", escribió el asesino en Internet. Siete personas murieron y diez salieron heridas
En una matanza sin precedente que sembró el pánico en Tokio, y conmocionó a todo el país, un hombre mató el domingo con un arma blanca a siete personas e hirió a otras diez a plena luz del día en un popular barrio comercial de Tokio.
Lo más asombroso fue que el japonés había descrito con detalle su matanza en Internet.
Según periódicos y la cadena de televisión NHK, horas previas a la matanza, Kato dejó varios mensajes electrónicos en Internet, enviándolos a través de un teléfono celular. En uno de los mensajes dijo: "Mataré a personas en Akihabara", y luego explicaba el método: "Quiero estrellar el vehículo y si queda inservible, usaré un cuchillo. Adiós a todos".
Posteriormente, en un mensaje enviado también por vía telefónica apenas 20 minutos antes de que estrellara la camioneta en Akihabara, Kato escribió: "Ha llegado el momento".
Para muchos japoneses, que se enorgullecen de vivir en un país con una de las tasas de asesinatos más bajas del mundo, la primera reacción fue de conmoción.
"Es increíble que cosas como éstas ocurran en el país", dijo Tsutsumo Hirano, de 19 años, quien estudió en el mismo colegio secundario donde asistió una de las víctimas del ataque del domingo. Hirano rindió homenaje a su amigo fallecido en un santuario provisional erigido en el lugar de la matanza.
Kato estaba claramente perturbado, según los datos policiales. La semana pasada, perdió súbitamente control de su temperamento en su fábrica en Shizuoka, a unos 160 kilómetros (100 millas) al suroeste de Tokio, donde había estado trabajando desde noviembre, declaró el ejecutivo de la compañía Osamu Namai.
"El comenzó a lanzar alaridos diciendo que faltaba su uniforme", dijo Namai a periodistas."Cuando uno de sus colegas le consiguió un nuevo uniforme, él ya había abandonado el lugar, y nunca regresó".
Tomohiro Kato, de 25 años, era empleado temporal de una fábrica de piezas de automóvil en la región de Shizuoka (centro), informó la policía local.
En la mañana del domingo, recorrió los cerca de 100 km que separan su ciudad de la capital al volante de un camión de alquiler. Después se dirigió a Akihabara, invadida el domingo por miles de japoneses y de turistas extrajeros atraídos por las tiendas de electrónica y los videojuegos.
Lanzó su vehículo contra los peatones que deambulaban por las calles, cerradas a la circulación el domingo, tras lo cual salió armado con un cuchillo y apuñaló a varios viandantes aterrorizados.
Siete personas murieron y otras 10 resultaron heridas.
Kato declaró a la policía estar "cansado de vivir" y afirmó haber ido a Tokio "para matar, a quien fuese".
El detenido, que tenía aparantemente pasión por la subcultura de los mangas y de los videojuegos, confesó a la policía haber relatado con detalle su periplo mortal en internet, enviando mensajes a partir de su teléfono móvil.
En una página web, un mensaje anómino fechado del 27 de mayo con un título premonitorio, "un desastre en Akihabara", advertía que se produciría una tragedia "el 5 de junio o un poco antes".
Conforme a la costumbre japonesa, caramelos, bebidas e imágenes de cómic se acumulaban en memoria de los desaparecidos.
"He dejado café porque pienso que algunas de la víctimas necesitarán un café esta mañana", afirma Ukyo Murakami, un adolescente de 14 años de camino a la escuela. "Temo que haya hecho esto porque jugaba a videojuegos. Pero debería haber sabido que en la vida sólo hay una partida".