El ex ministro de Economía, 'padre' de las retenciones móviles que desataron la ira de los productores agropecuarios, soportó insultos y se tuvo que retirar sin cenar
El ex ministro de Economía Martín Lousteau había soñado con su viaje a Francia para firmar un acuerdo con los países acreedores agrupados en el llamado Club de París. No consiguió ese objetivo durante su gestión. Pero el sábado pasado al menos se sacó las ganas de visitar París. Ese día, a la noche, cuando visitaba un restaurante ubicado detrás de la Plaza de la Concorde, un grupo de argentinos le arruinó la cena.
Lousteau, su novia y otra joven llegaron al restaurante italiano acompañados por el embajador argentino en la capital francesa, Luis Ureta Sáenz Peña, y su esposa, Inés, para comer en grupo. En el grupo estaban otras dos personas no identificadas.
Se instalaron en una mesa reservada de antemano y con vista a la ventana, en la fresca noche del 7 de junio. El auto diplomático de la Embajada los había dejado en la puerta.
Un mozo se acercó con el menú cuando un grupo de argentinos, sentados a una mesa cercana -algunos residentes en París y otros de ellos recién llegados desde Buenos Aires para asistir al torneo de tenis de Roland Garros- reconoció al ex funcionario del gobierno de Cristina Kirchner.
Los gritos fueron con acento correntino: "Ladrón, sinvergüenza. Andate de acá, chorro", fueron los primeros insultos. Todo el restaurante se paralizó y sólo se escuchaban los gritos en español. Había comenzado un "escrache paquete" en uno de los mejores restaurantes parisinos, refleja el diario Clarín.
"Están destruyendo el país, hijos de puta. No lo dejen entrar", gritaba otro de los asistentes. "Que se vayan de acá", pedían los argentinos del piquete gastronómico.
Atónito, el maitre se acercó a la mesa de los que gritaban para saber qué pasaba. Los argentinos le explicaron su versión de la historia: las retenciones, el paro agrario de tres meses, la negativa del Gobierno a dialogar con el campo y cuál había sido la función del ahora ex ministro Lousteau en el conflicto.
Todos los comensales en el restaurante seguían el incidente con curiosidad y preguntándose unos a otros qué pasaba. El maitre se acercó a la mesa donde estaban el ex ministro y el embajador argentino y les pidió que se retiraran. Todavía no habían ordenado su comida. El grupo de Lousteau -incluido el embajador- se levantó y se fue. Los argentinos de la protesta se quedaron en sus mesas y explicaron a todo el que quiso saber por qué habían interrumpido a los gritos la calma y la elegancia del restaurante.