Lo afirmó en las últimas horas y eso anticipa que será muy difícil alcanzar un acuerdo en el conflicto con el agro, que lleva tres meses, la mitad de lo que cumple de gestión
Cristina Kirchner dijo que las retenciones a la soja no se negociarán.
¡No hay crisis!, asegura la Presidenta.
En su columna dominical en La Nación, el periodista Joaquín Morales Solá revela aprte de las conversaciones que mantuvo el viernes con un matrimonio presidencial cada vez más crispado.
Allí el periodista señala que Cristina no ha perdido la costumbre de intelectualizar los hechos y pasarlos luego por el tamiz ideológico. Es un sector que no quiere al peronismo, afirma, aludiendo a los ruralistas. La supuesta conspiración destituyente se desliza entre sus reflexiones, aunque no se extiende demasiado sobre esa inferencia.
Néstor Kirchner es más fatalista. El Gobierno puede ganar o no, pero la derrota habrá valido la pena. Para él hay sólo dos alternativas: o el Gobierno cambia el actual equilibrio de la riqueza en la Argentina o se convierte en un gobierno más, condenado a negociar con las corporaciones. Sus alusiones despectivas a las corporaciones incluyen a la política, siempre que la política no esté a su servicio. La corporación política es una referencia recurrente del ex presidente. Cristina nunca va tan lejos, pero es evidente que coincide con el trazo grueso de esas percepciones políticas.
Me hubiera gustado ver que la Iglesia hablara en su documento de la distribución de la riqueza , hinca la Presidenta. Un momento, por favor, se disculpa y se va. Vuelve con varios documentos de la Iglesia, algunos del año 2000, y lee los párrafos dedicados a los pobres, a los intereses sectoriales y a la mala distribución de la riqueza. En el documento de ahora no hubo una sola referencia a toda esa historia intelectual , dice. Pero la Iglesia le pidió al campo que abandone las rutas y que levante el paro. Eso estuvo bien , concede, breve y lacónica.
También la Presidenta está segura de que los medios de comunicación han hecho mucho para atizar el fuego. Es fácil hablar de redistribuir la riqueza cuando se está en la oposición. Son sólo palabras. Pero es mucho más complicado llevar el concepto a la práctica desde el gobierno , subraya. Una mezcla que une a sectores económicos con la prensa ha construido la resistencia a esas políticas. Así piensa el matrimonio presidencial. Hay, por lo tanto, una conspiración en marcha. Cristina no lo dice tan explícitamente; Néstor Kirchner es el encargado de denunciar el complot.
El Gobierno ha hecho ya las correcciones que debía hacer a la primera resolución sobre las retenciones. Lo que se tenía que hacer se ha hecho. Podemos hablar sobre la leche o sobre los pollos, pero las retenciones no se negocian , ratificó la Presidenta.
La Presidenta descree de que exista pesimismo social. ¿Dónde está el pesimismo? , pregunta, y se responde: La juventud está entusiasmada con otras cosas. Está encantada todavía con una visita a las oficinas locales de Google.