Un estudio reveló que este signo puede ser una nueva variante de esa zona gris que está entre la pérdida de memoria normal y la enfermedad de Alzheimer. Más detalles
Un olvido de vez en cuando, no es problema. El peligro comienza cuando este signo se acelera y se hace reiterativo. Científicos aseguran que el olvido reiterativo podría ser un primer signo del mal de Alzheimer.
una prueba diseñada por los doctores Facundo Manes, de Ineco y Favaloro; Cecilia Serrano, de Cemic, y María Calcagno, de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, logró detectar un grupo de mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Ellos trabajaron con un grupo de personas que llegaron a los consultorios de la Clínica de Memoria del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro preocupados porque se olvidaban de las cosas.
"Les aplicamos una batería neuropsicológica de tests que evaluaban el olvido acelerado -explica Manes-. Cuando les pedimos que recordaran la consigna a los 30 minutos, los que referían tener problemas de memoria, pero no de funcionamiento en la vida diaria, obtenían resultados normales. Pero a las seis semanas mostraban un déficit notorio en la memoria verbal y visual, comparable con el de personas que padecen deterioro cognitivo leve."
En el trabajo que acaba de publicar el Journal of Neurology, Manes y colegas estudiaron tres grupos de pacientes: uno de personas que se quejaban de pérdida de memoria, pero que en las evaluaciones cognitivas estándar obtenían resultados normales; otro de personas con deterioro cognitivo leve, que no tiene impacto en la vida diaria, y el tercero, de control, integrado por individuos sanos.
Según publica el diario La Nación, existen varios tipos de memoria y no todos son afectados de la misma forma a medida que avanza la edad. Según los científicos, si bien cierto grado de olvidos es normal, hay señales que deberían tenerse en cuenta.
“Este es el primer estudio que propone que el olvido acelerado puede ser una nueva variante de esa zona gris que está entre la pérdida de memoria normal y la enfermedad de Alzheimer, que es el deterioro cognitivo leve –explica Manes–. Se trata de una condición de riesgo para desarrollar Alzheimer, pero muchas personas que consultan no son diagnosticadas porque las pruebas usuales de evaluación cognitiva no son lo suficientemente sensibles.”
Los problemas de memoria empiezan a ser serios cuando afectan la vida diaria de la persona que los padece y cuando tienden a ser progresivos”, define Manes.
En este sentido, el estudio revela que muchas personas pueden tener problemas de memoria que no tienen relación con la demencia ni impacto en su vida diaria por trastornos como la depresión, la epilepsia, el estrés, los traumatismos de cráneo o el accidente cerebrovascular, por ejemplo.
Por el contrario, cuando la persona no es consciente o niega sus dificultades de memoria, mientras que la familia las nota y las considera significativas, se está frente a la posibilidad de que esos trastornos sean más serios. Los olvidos suelen volverse reiterativos y abarcan datos importantes.
“Es probable que estas personas olviden totalmente distintas situaciones y no logren retener ni siquiera los datos principales de algo ocurrido recientemente –detalla Manes al matutino–. También pueden presentarse episodios de desorientación temporal o espacial.”
A la luz de estos resultados, los investigadores adelantaron a La Nación que realizarán más estudios para establecer el verdadero estatus de las personas que padecen olvido acelerado y para determinar exactamente cuántos de esos pacientes finalmente desarrollan demencia a largo plazo. También estiman preciso desarrollar pruebas más sensibles para evaluar el olvido.