De tensión es el clima que se vive en torno al conflicto entre el campo y el Gobierno por el engorroso tema de las retenciones. Luego de que este lunes, desde la Casa Rosada, se suspendiera el diálogo, los ruralistas salieron con los pelos de punta contra el gobierno "K".

Durante todo el lunes hubo varios momentos de nervios, donde los rumores de corte de ruta (que en algunos casos se hicieron realidad) parecieron volver el tiempo atrás. Lo cierto es que todavía las conversaciones están empantanadas, el conflicto sin resolverse y el fantasma del desabastecimiento crece cada segundo con más fuerza entre la sociedad.

¿Habrá algún punto donde ambas partes coincidan y logren sentarse a dialogar para lograr un principio de acercamiento?

En este sentido, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, pidió al Gobierno que admita su "enorme equivocación" de suspender el diálogo con el campo, pero confió en retomar las negociaciones.

Miguens señaló que si la Casa Rosada decide hacer anuncios para el campo, pero sin dialogar con el sector, "escucharemos las medidas, pero sin debatirlas es muy difícil que puedan satisfascernos".

Por último, el dirigente rural enfatizó: "Hay varias propuestas para analizar y esto amerita sentarse en torno a una mesa. Si ellos ya hicieron correcciones sobre el esquema de retenciones, queremos que escuchen las nuestras".

Por su parte, el presidente de Coninagro, Carlos Garetto, consideró que la posición del Gobierno ante los reclamos del campo "es inadmisible" pues, a su criterio, "la responsabilidad de resolver el conflicto es de ellos, no de nosotros".

El titular de Federación Agraria (FAA), Eduardo Buzzi, aseguró minutos antes de entrar a la reunión donde las cúpulas rurales debatirán los pasos a seguir que "la actitud de este Gobierno va por el mal camino", y advirtió que "si esto no se soluciona, el conflicto se va a agravar".

Planteadas así las posturas, de mutua intransigencia, el diálogo se vuelve casi imposible, y los tiempos de calma comienzan a quebrarse, dejando ver lo peor de cada lado.