El Manchester United, donde juega el argentino, venció por penales al Chelsea 7-6 y se adjudicó la Liga de Campeones, tras empatar 1-1 en el tiempo regular
Carlos Tevez sigue haciendo historia ya que con el Manchester United se adjudicó la Liga de Campeones 2007/08, tras una drmática definición por penales contra el Chelsea de Londres, por 6-5, luego de haber terminado igualados 1-1 en el tiempo reglamentario.
Tevez consiguió su décimo título profesional, y hacía pocos días había obtenido -también con el Manchester- la Premier League, en un final apasionante, con dos puntos por encima del Chelsea.
El partido, que se disputó en moscú, enfrentó a los dos mejores equipos de Europa -quizás también del mundo- de la actualidad, y en el campo de juego estuvieron futbolistas cuyos pases valen millones de dólares.
El Manchester de Alex Ferguson se puso en ventaja con un cabezazo del portugués Cristiano Ronaldo, pero Frank Lampard igualó para el Chelsea, todo en el primer tiempo.
Tevez tuvo alguna ocasión para desnivelar, con una palomita que tapó el arquero Cech y luego cuando no pudo conectar un centro desde la derecha de Cristiano Ronaldo.
Tras el tiempo reglamentario, se disputaron los 30 minutos adicionales, en donde fue expulsado el delantero Didier Drogba, en el equipo londinense.
En la definición por penales el Manchester comenzó ganando con una ejecución perfecta de Tevez, sin embargo, Cristiano Ronaldo desperdició el suyo (se lo atajó Cech).
Todo estaba en favor para el Chelsea, pero estando 4-4 y con el último penal a su favor, John Terry (capitán del equipo) desperdició su chance, cuando se resbaló y el balón se fue cerca del poste izquierdo de Van der Saar.
Manchester había marcado su penal número siete por intermedio del legendario galés Ryan Giggs, y le tocaba al francés Nicolás Anelka estirar la serie o definir el pleito en favor de los "rojos".
Fueron las manos del holandés Van der Saar (el mismo al que en el Mundial de Francia 99 el argentino Ariel Ortega le aplicó un cabezazo que le costó la expulsión en el partido de los cuartos de final entre Holanda y Argentina), el que colocó sus manos arrojándose a la derecha para evitar el gol y desatar la locura roja.