Simeone no come vidrio: se reconcilió con su esposa - Asteriscos.Tv
Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
3 de diciembre de 2024
Seguinos en
Simeone no come vidrio: se reconcilió con su esposa
El "Cholo" y Carolina Baldini, quien participa en "Bailando por un sueño", posaron para una revista y dijeron ser una "pareja a la antigua", aunque los comparen con David y Victoria Beckham. En una entrevista en Caras, hablaron de su relación y de cómo encaran la vida. Vea y lea la nota
13 de mayo de 2008
La nota que protagonizaron en una de las ediciones de Caras, en el 2007, fue ganadora de un premio Perfil. Y al enterarse de que su tapa había sido elegida, Diego “Cholo” Simeone y su ex mujer, Carolina Baldini, no dudaron en confirmar su presencia en la fiesta con la que se celebró la entrega de premios.

Para eso, ella había separado un vestido rojo diseñado por Carlos di Doménico con el que pensaba asistir al hotel Sheraton el martes 6, junto al “Cholo”. Sin embargo, los compromisos asumidos por Carolina como participante de “Bailando por un sueño” alteraron su agenda en forma imprevista. La pareja se disculpó por no poder estar presente en la celebración que coronaría la nota que hicieron como la “Mejor Nota de Personajes y Celebridades”, y casi inmediatamente prometió estar en esta edición para compartir su orgullo por el galardón obtenido.

Entonces, el viernes 9, y a pesar que habían transcurrido menos de 24 horas del decisivo partido en el que River Plate —equipo que dirige Simeone— quedó eliminado de la Copa Libertadores, Carolina y “el Cholo” posaron con el premio que recibió su nota junto a la gigantografía de la tapa como el resto de los ganadores.

Al cabo de un rato, sentados en el living de la casa en la que vive Carolina con sus hijos desde que se distanció de su esposo, ambos conversaron acerca de la nota premiada en la que Baldini anunciaba que retomaba su carrera de modelo con el apoyo condicional de quien entonces era su marido.

“Recuerdo lo que fue la repercusión de esa nota por esos días, dice Carolina. Entre otras cosas, recuerdo nuestra propia sorpresa al vernos, por primera vez, posando juntos en una tapa de revista. Y después, la comparación con los Beckham de la que todos siguen hablando y que quedó como un modo de referirse a nosotros. La verdad es que todos los comentarios que recibí fueron buenísimos. Mis amigas y, también, mi familia me decían todo el tiempo cuánto les había gustado la nota.”

—Usted, Cholo, no tenía dudas en brindarle su apoyo a Carolina en este emprendimiento. Sin embargo, temía por la reacción que podía causar en el ambiente futbolístico aparecer en la tapa de CARAS. ¿Fue como lo esperaba?

DIEGO SIMEONE: —No, nunca tuve problemas, todo lo contrario. Igualmente, cuando la gente te tiene cerca nunca hace comentarios. Pero es verdad que mis conocidos me decían que la nota estaba bárbara y que, inclusive, la tapa trasmitía exactamente lo que queríamos contar: la fuerza de Carolina y el apoyo que yo le brindaba. La tapa trasmitía lo que estábamos viviendo en ese momento.



—En aquel entonces tuvo temores. Hoy, después de la derrota de River frente a San Lorenzo, ¿no tiene miedo de que estas fotos nos sean bien vistas por los hinchas o los dirigentes del club?

D.S.: —No, porque no puedo estar pendiente de lo que digan los demás. En este caso, nosotros estamos juntos para celebrar una tapa elegida. Para mí, una cosa es el fútbol y otra, esto que no tiene nada que ver con lo deportivo.

—¿Qué significó para usted esa nota, Carolina?

CAROLINA BALDINI: —A partir de esa tapa me surgieron todos los trabajos que tengo ahora. Inclusive, lo de “Bailando por un sueño”.

D.S.: —Esa fue la repercusión importante que tuvo esa tapa. Porque el hecho de que yo apareciera fue casual. Pensá que había ido a ver a Carolina a la producción e hice algunas fotos a modo de juego. Después, vino todo lo demás.

—¿Calculaban estas consecuencias?

C.B.: —No, no esperaba que produjera la explosión que produjo. No esperaba que gracias a esa tapa tuviera tanto trabajo. Y cuando nos enteramos de que la nota había sido premiada nos pusimos muy contentos. Personalmente me gustó que gustara.

—¿Cómo vivieron el hecho de que a partir de esa nota el rostro de Carolina se volviera popular?

C.B.: —La verdad es que todavía me estoy acomodando a esta fama que, de verdad, te cambia un poco la vida. Hay cosas que hacía antes que ya no puedo hacer.

—¿Por ejemplo?

C.B.: -Y… que vayas al cine con amigos y ya no puedas salir sin que se arme un escándalo. O, por ejemplo, ir a algún lado sin que la gente se de vuelta y comente.

—¿Le gusta esa exposición o no?

C.B.: —Me gusta que me reconozcan por mi trabajo. Pero me molesta un poco que se entremetan en mi vida privada.

—¿Y usted, Diego, cómo lleva esta popularidad de Carolina?

D.S.: —La vivo bien porque la veo preparada. Sabía que esto que le está pasando la encuentra en un momento en que ella está bien. Me pone contento por Carolina, porque sé que lo vive con alegría. Por lo demás, uno sabe que cuando empieza a exponerse, la exposición es para todo: para lo bueno y para lo malo. Entones, nada sorprende.

—Pero usted también sufrió algún episodio en la cancha cuando los hinchas le dedicaban cantitos que hablaban de su mujer o le escribían carteles que podían resultar agraviantes.

D.S.: —No veo ni escucho nada. Ni me enteré. No sé de qué me hablás. Yo no escucho ni miro hacia los costados. Sólo me concentro en el partido.

—La gente se sorprende al verlos juntos en los eventos y en las fiestas aun después de haber anunciado su separación. Y, seguramente, se sorprenderá al verlos juntos otra vez en esta nota. ¿Siguen separados?

C.B.: —Si, sí. Seguimos distanciados, no separados. Y tratando de recuperar lo que la pareja perdió. Pero esas cosas no se recuperan de un día para el otro. En eso estamos. Igual, lo que buscamos los dos ante todo es ser felices.

—¿Todo sigue igual? ¿El sigue viviendo en Puerto Madero, viene a ver a los chicos acá y siguen yendo juntos a los eventos?

C.B.: —Sí, tal cual. Por nuestra historia, por los chicos y porque la seguimos pasando bien juntos.

—¿Usted es consciente de que para la mayor parte de la gente esta manera de estar separados resulta rara?

C.B.: —Es que a mí lo que me resulta raro es que la gente se separe y se agarre de los pelos. Hasta mis amigas dicen que no lo pueden creer. Y yo les digo lo de siempre: Que somos muy compañeros, que nos llevamos bien. ¿Por qué no vamos a compartir ciertos momentos?

—A esta altura, se definirían como una pareja moderna.

C.B.: —No, moderna no. Creo que hay mucho amor entre nosotros. Moderna no creo, porque supone cosas que acá no pasan. Creo que somos una pareja tradicional. Es más, te diría que somos una pareja “a la antigua”. Porque antes cuando los matrimonios tenían crisis la peleaban y trataban de sobrellevar los momentos difíciles juntos. No daban todo por terminado con tanta facilidad ni se agarraban de los pelos. Mis abuelos seguramente podían distanciarse sin agarrarse de los pelos y aun así seguían compartiendo cosas.

—¿Siguen siendo fieles?

C.B.: —Sí, yo creo que sí. A pesar de todos los rumores que han corrido. Si nos enamoráramos de otro seguro que nos lo contaríamos.

—Una de las cosas que hace a partir de la nota es participar en “Bailando...” ¿Cómo se siente en ese papel?

C.B.: —Agotada. Porque entrenamos de lunes a sábado, y el único día que puedo dormir es el domingo, y tengo que llevar a mi hijo mayor a jugar al fútbol. Así que cuando se tiene chicos es un poco complicado seguir ese ritmo, porque una encuentra poco tiempo para descansar. Pero la verdad es que estoy feliz con este desafío. Y espero llegar a la final por el sueño de mi soñador.

—Antes de empezar el ciclo, ¿pidió especialmente que no le hicieran bromas con su vida privada o con los resultados de los partidos de River?

C.B.: —No, no hizo falta. Tengo muy claro que todo tiene un límite. Y si bien hasta ahora no viví ninguna situación incómoda no dudo de que sabría poner los límites a tiempo.