Crece en el país el 'consumo' de travestis por parte de parejas swinger. Se estima que en la Argentina hay 9.000 'travas'. Se triplicaron visitas en sus páginas de internet
Los usos y costumbres de los argentinos en materia de sexualidad hace rato que empezaron a cambiar, en especial a partir de que dejó de ser tabú manifestar las elecciones homosexuales y lesbianas.
Los tabúes sexuales van retrocediendo y abren paso a una mayor audacia en materia de relaciones.
Según publica el diario Crítica de la Argentina, en la Argentina existen 9.000 travestis y un número de clientes en alza meteórica.
En la ciudad de Buenos Aires, transitan por más de diez zonas rojas –una quizás oficial, aún en debate–. Y, en los últimos años, las páginas web que ofrecen sus servicios triplicaron sus visitas y los bares que anuncian shows exclusivos de shemales –como Transformation, en la calle Agüero– están llenos hasta la coronilla. A ellos van hombres solos y parejas heterosexuales.
Es que, en los últimos tiempos, dicen desde el boliche, el aumento en la demanda se debe a que las travestis cumplen las fantasías de las parejas heterosexuales, en especial las que antes se dedicaban al intercambio. “Las travestis son como un comodín en la cama. Por eso las llaman tanto las parejas. Ellas se quitan las ganas de estar con una mujer en la cama. Y ellos no sienten que compiten con otro hombre”, dice Miguel Rizzo, especialista en el género.
Las travestis llegan a raudales de las provincias a la ciudad –hay once de ellas que mantienen códigos de falta que sancionan la libertad de género– y, hoy, las que tienen éxito parten por la puerta grande a Europa. “Es increíble la cantidad de chicas nuevas que aparecen en Buenos Aires y la cantidad que se termina yendo al exterior”, se asombra Claudia Pía Baudracco, coordinadora de la Asociación Travestis, Transexuales y Transgénero de la Argentina.
“Ni un sociólogo te puede responder qué buscan los hombres en las travestis”, dice Christian, responsable de distintas.com.ar, el sitio más popular del rubro en América Latina, con 10.000 visitas diarias, y servicio de escorts hasta en Noruega y Finlandia.
“Empecé publicitando a una chica trans en 2002 y hoy tenemos más de cien. Mi idea es expandirlo cada vez más hacia el resto del mundo. Porque la tendencia es la misma en todas partes”.
El foro de un portal de escorts que incluye travestis en su oferta se zambulló en el boom y preguntó a sus participantes: “¿Y qué hacen los clientes con ellas?”. Trescientas diecinueve personas respondieron. El 21,32% admitió que les gusta penetrar y ser penetrado y el 23,51% confesó que los masturba y disfruta teniendo sexo oral con ellas.
Los travestis redefinieron el mapa sexual mundial. Antes había hetero y homosexuales. Hombres y mujeres. Pero la multiplicación trans, mezcló los ingredientes, los revolvió y los sexos nadan hoy codo a codo en una misma sopa.
En los noventa, las travestis más codiciadas eran aquellas que tenían las mejores lolas. Hoy, el marketing apunta más abajo. “En lo que más se fijan los hombres ahora es en si la travesti está o no bien dotada”, cuenta Claudia Baudracco de la ATTTA.