La medida se produce en plena crisis política tras la aprobación en Santa Cruz de un estatuto autonómico. "Mejor que el pueblo decida el destino del Presidente", apostó Morales
Sorpresivamente, Evo Morales anunció anoche que convocará a un referéndum revocatorio de su mandato y el de los prefectos (gobernadores) en un plazo de 90 días.
Así, intentará mermar la crisis política que vive Bolivia desde hace meses por el enfrentamiento entre el proyecto de "refundación" constitucional que impulsa Morales y las demandas autonómicas de las regiones opositoras.
"Si los políticos no podemos acordar, qué mejor que el pueblo decida el destino del Presidente y los prefectos", dijo el mandatario en un mensaje por cadena nacional.
En una jugada peligrosa para el propio Morales, el proyecto establece que si el mandatario y su vice "fueran revocados en su mandato popular, el Presidente convocará de inmediato a elecciones generales por un nuevo período constitucional, que se realizarán en un plazo de 90 a 180 días desde la emisión del cómputo oficial".
"Nuestra posición de someterme al pueblo, que el pueblo diga quién sirve y quién no sirve para gobernar", arremetió el presidente boliviano en su discurso que según las encuestas difundidas cuenta con un respaldo de 48% de la población.
La iniciativa, que contaba con media sanción de Diputados, había sido enviada al Parlamento en enero por el propio mandatario. Su aprobación, apenas cuatro días después de la victoria en Santa Cruz de los autonomistas, cosechó duros cuestionamientos desde el oficialismo.
"La ley de revocatoria de mandato fue hecha en enero, pero en otra coyuntura política; hoy se requiere un diálogo nacional para superar este conflicto", evaluó el vicepresidente Alvaro García Linera, quien se mostró sorprendido por la decisión de los senadores de oposición.
El presidente boliviano redobló la apuesta y aceptó medirse con los prefectos en una votación para ver quién continúa en el cargo.