La industria del sexo en Japón reconoce que debido a la masificación de la banda ancha, se venden menos condones, dado que los internautas tienen menos contacto físico
El avance de internet tiene sus pro y sus contras, dado que si bien es una tendencia que se ha masificado en el mundo y acortado distancias, permite conocer gente y hacer negocios, conlleva el problema del aislamiento y la adicción.
Así por ejemplo, la industria del preservativo en Japón está evidenciando una merma en sus cuadales de venta, en gran parte responsabilizando a que los internautas de ese país tienen cada vez menos contacto físico con sus parejas, novias, esposas o amantes.
Japón es una de las sociedades más tecnológicas del mundo y de mayor habitantes, por lo que los índices no pueden pasar desapercibidos.
“Desde la llegada de la banda ancha las personas pueden mantenerse conectadas toda la noche sin gasto extra. Esas personas, que no pueden separarse de su computadora, ya no tienen tiempo para tener sexo oral”, denuncia el portavoz de Okamoto Industries, empresa de preservativos líder en Japón.
Los jóvenes japoneses tienen educación sexual pero la teoría no incluye lo que sucede en el acto en sí. Es por esto, que todo el conocimiento que tienen es ilustrado por los videos para adultos que abundan en la web.
Aunque las normas legales exijan el uso del preservativo en el cine pornográfico, la mayoría de las producciones son viejas o no se adecuaron a la norma. Es por esto, que los chicos ven al preservativo como algo innecesario o anti sexual, según informa el portal La Flecha.
En consecuencia, la venta de condones está sufriendo grandes bajas y los expertos anuncian el peligro de esta nueva tendencia. Aunque los registros de la ONU, en cuanto a cantidad de infectados con HIV en el país es baja; la entidad deslizó que la transmición sexual del virus está creciendo.
En un intento por preservar el mercado, la empresa Condonmanía modificó los envoltorios de sus productos para que se “camuflen” ante la mirada de la sociedad. De este modo, los preservativos comenzaron a venderse envoltorios que simulan ser golosinas. “Si se te cae la bolsa, nadie puede descubrir que se trata de un condón”, explicó Kei Siguió, portavoz de la empresa.
Mientras que la cruzada por los cuidados sexuales está en la agenda del día, muchos esperan que la tenencia japonesa se revierta y logre encontrar un balance entre placer, calidad y salud.