Un film, autobiográfico, del genial e ilustre Atahualpa Yupanqui salió en formato de DVD, y en él se lo puede ver y oír al cantautor en los parajes que inspiraron sus mejores y más recordadas obras. El creador de "El arriero va" nació hace 100 años y su legado y su poesía siguen tan vigentes como siempre
El trabajo se realizó durante tres años en 1982, y se buscó hacer un film recorriendo la Argentina y los lugares que inspiraron su obra.
Yupanqui trabajó en el guión e hiló la historia a su manera y cuando estuvo listo, llamó por teléfono y dijo: “Paisano, ya podemos hacer la película”.
En Enero de 1985, durante tres semanas Yupanqui y un equipo de la televisión de Alemania, recorrieron los lugares que él había andado a caballo durante su juventud:
Cerro Colorado, a 1000 km. de Buenos Aires y a 170 km. de la ciudad de Córdoba, al lado del Río de Los Tártagos. Allí está la casa de Atahualpa que él llamó “Agua escondida”. Esa fue la casa de piedra que albergó a Yupanqui y a su familia, y que también fue refugio en los momentos en que fue perseguido por el contenido de sus canciones.
Jujuy, la provincia donde se encuentra el pueblo de Humahuaca, con montañas de colores y sus familias indias de raza quechua, brindó abundante material fílmico para graficar la música que Atahualpa recopiló y donde obtuvo la inspiración de esa cultura ancestral para crear su majestuosa obra musical y poética.
También estuvieron en La Pampa argentina, en donde se filmaron los bellos caballos criollos, cuyo galope inspiraron danzas como el malambo y que reproduce tan reconocidamente la guitarra de Yupanqui.
Son 49 minutos de imágenes filmadas en 16 mm. negativo, bajo la dirección del documentalista catalán-alemán José Montes Baquer, que ya tenía en su curriculum portraits de otros maestros como Andrés Segovia, Salvador Dalí, Heitor Villalobos…
El 31 de Enero se cumplió el Centenario del nacimiento de Atahualpa Yupanqui, y este film adquiere un valor especial que amerita ser recordado para volver a imbuirnos de este espíritu que Don Ata sabiamente transmitió y llevó por el Mundo, dándole la forma de un arte mayor y que lo hacen ser una de las piedras angulares de la música universal.
Atahualpa será siempre "Un río que no cesa de cantar".