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21 de noviembre de 2024
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Israel anunció una tregua, pero volvió a atacar el Líbano
El gobierno israelí dijo que la suspensión de los bombardeos no significa el fin de la guerra y volvió a atacar el sur del Líbano. El domingo, un ataque mató a 34 niños libaneses
31 de julio de 2006
El gobierno israelí alertó que la suspensión durante 48 horas de sus bombardeos aéreos contra Líbano no significa el fin de la guerra y anunció que intensificará sus ataques contra Hezbollah.

En ese marco, la aviación israelí lanzó ataques contra posiciones del Hezbollah en el sector de Taibé, en el sur de Líbano, en "apoyo a las fuerzas terrestres", anunció un portavoz militar.

"Nuestros aparatos operan en el sector para apoyar a nuestras fuerzas terrestres", declaró el vocero.

El Estado judío había decidido el cese temporal de sus ataques aéreos después de que sus fuerzas dieran muerte el domingo a 52 civiles, la mayoría de ellos niños, en la localidad de Caná, al sur de Líbano.

Sin embargo, esa medida no fue anunciada por el gobierno israelí sino por un portavoz del Departamento de Estado norteamericano, mientras su máxima responsable, Condoleezza Rice, se encontraba de visita en Israel.

Cese del fuego duradero. Poco antes de su partida de Jerusalén, Rice estimó que esta semana podría alcanzarse un alto el fuego y una solución duradera a la crisis israelí-libanesa.

Una opinión al parecer no compartida por el ministro israelí de Defensa, Amir Peretz, quien, durante una sesión extraordinaria en el parlamento, se opuso a un alto el fuego inmediato.

"En tanto que hombre de paz, comunico que no podemos aceptar la entrada en vigor de un alto el fuego inmediato", proclamó Peretz, que justificó su postura en que una medida así sólo provocaría que "los extremistas levantaran la cabeza".

En el frente diplomático, el ministro de Integración de Inmigrantes, Zeev Boim, reconoció que la interrupción de los bombardeos fue decretada "teniendo en cuenta a Estados Unidos, nuestro valiente y fiel aliado, que se encuentra en una difícil posición por su apoyo a Israel".

No es el fin de la guerra. Todos los miembros del gabinete quisieron dejar claro que esta decisión no significa en ningún caso el fin de la guerra: "Al contrario, esto nos permitirá ganarla y reducir las presiones internacionales", confesó el ministro de Justicia, Haim Ramon.

Según este responsable, abandonar "la batalla en esta fase, constituiría una victoria de Hezbollah y del terrorismo mundial manipulado por Irán y Siria".

Así, la suspensión temporal de los bombardeos contempla varias excepciones: la aviación podrá atacar los comandos de Hezbollah que se dispongan a lanzar cohetes contra el norte de Israel, así como los vehículos que transporten armas desde Siria. Igualmente, apoyará a la infantería en el sur de Líbano.