La decisión, tomada por Benedicto XVI, es parte de la beatificación del ex Papa. Sus restos se expondrán en una capilla de San Pedro para que los fieles puedan ver su cuerpo
El Papa impulsa la medida eclesiástica para que Juan Pablo II, tegna una tumba de santo en una de las capillas principales de la Basílica de San Pedro, cerca de la extraordinaria escultura La Piedad, de Miguel Angel.
El diario La Stampa de Turín publicó una página entera de su edición de ayer con el tema. Afirmó que una comisión especial de estudiosos del Vaticano ya decidió trasladar de su actual tumba en las grutas vaticanas los restos del Papa polaco y colocarlo en la capilla de San Sebastián.
El Vaticano desmintió ayer que la decisión haya sido tomada porque "aún no ha concluido el proceso de beatificación de Juan Pablo II", según dijo el portavoz pontificio, padre Federico Lombardi. Pero la versión del diario La Stampa, que reproduce hoy el diario Clarín, confirmada ayer por otros medios italianos, da muchos detalles que hacen creíble su informe.
En la actual tumba de Juan Pablo II se encontraba el "Papa Bueno", Juan XXIII. Tras su beatificación, en 2000, los restos de Angelo Roncalli fueron llevados de las catacumbas a la planta principal de la basílica.
Es probable que el traslado del cadáver de Juan Pablo II se dé en parecidas condiciones.
Los restos de Juan XXIII están dentro de una caja de vidrio transparente, a prueba de balas, incendios y otras desgracias. En el rostro le ha sido colocada una máscara de cera, que hace irreal la cara del Papa que revolucionó toda la vida de la Iglesia al convocar en el año 1959 el Concilio Ecuménico Vaticano II.
La cripta donde está Juan XXIII, en el medio de la basílica sampedrina, es visitada todos los días por unos 20 mil fieles, que se arrodillan a rezar o permanecen de pie en reflexión.
También la tumba de Juan Pablo II (Karol Wojtyla, tal su nombre verdadero) es la más visitada en las grutas vaticanas, donde se encuentran los restos de San Pedro desde que fallecio el 2 de abril de 2005. En las catacumbas fueron inhumados unos 60 Papas, dos reinas y un emperador.
Ambos Papas gozaron y gozan de una inmensa popularidad y devoción por parte de los fieles.
El proceso de beatificación de Juan Pablo II comenzó unas semanas después de su fallecimiento "en olor y fama de santidad". Durante los extraordinarios funerales de Karol Wojtyla, que reunieron a millones de acongojadas personas en los alrededores del Vaticano, aparecieron carteles que llevaban grupos de fieles y proclamaban "¡Santo ya!".
El Código Canónico establece que deben pasar cinco años desde la muerte del candidato a los altares, a menos que el Papa considere lo contrario. Así fue. Unas semanas después de la muerte de Wojtyla, el Papa Ratzinger ordenó comenzar el proceso de beatificación, primer escalón de los altares. El segundo paso es la canonización, que concluye cuando el Papa, en una solemne ceremonia, proclama santo, de devoción obligatoria en toda la Iglesia, al beato. En ambos casos es necesario un milagro.
Según La Stampa, una comisión especial presidida por el cardenal vicario Angelo Comastri, arcipreste de la Basílica de San Pedro, aprobó el traslado de los restos después de que concluya el proceso de beatificación del papa Juan Pablo II.
El Vaticano negó la decisión, pero el cardenal Comastri dijo al diario turinés que "es posible que el cuerpo de Juan Pablo II sea trasladado de las grutas vaticanas a la Basílica una vez que se proclame la beatificación".
Por lo que se sabe, no falta mucho para que la causa sea aprobada por la "fábrica de los santos", como llaman a la respectiva Congregación vaticana, con un decreto que debe ser firmado por el Pontífice.
El postulador de la causa que ha preparado la positio es el padre polaco Slawomir Oder. La positio, que haría entrar el proceso en su fase final, será presentada por Oder el próximo miercoles 2 de abril, fecha del tercer aniversario del fallecimiento de Karol Wojtyla, que estaba por cumplir 85 años y murió devastado por la enfermedad de Parkinson.
El milagro imprescindible para proclamar beato a Juan Pablo II que será tomado en consideración es casi seguro la curación milagrosa de una monja francesa, la hermana Marie Simon-Pierre, que padecía también el mal de Parkinson.