Los goles de Agüero y Burdisso le permitieron a la selección de Basile vencer a Egipto en El Cairo. El equipo no jugó bien, pero demostró más jerarquía que el bicampeón africano
Argentina mostró una cara algo lavada en el triunfo sobre Egipto por 2-0, que estuvo basada en sus individualidades, y por eso -si bien no dejó mucho para el análisis- el triunfo obtenido en El Cairo fue sin sobresaltos.
El delantero del Atlético Madrid, Sergio Agüero (66') y el defensor del Inter, Nicolás Burdisso (84'), de cabeza, le dieron el triunfo al conjunto dirigido por Alfio Basile.
Argentina tuvo un discreto desempeño en la primera parte, pero a partir de los 20 del complemento hizo valer el peso de sus individualidades y se impuso con absoluta justicia a la formación africana.
La próxima presentación de Argentina será el 4 de junio próximo en la ciudad de Los Angeles ante México.
En el comienzo del partido el equipo de Alfio Basile le tiró toda su historia a los egipcios, buscando vulnerarlo por todos los sectores del campo, presionando en campo rival para recuperar rápido la pelota y generando en el primer cuarto de hora tres situaciones de gol, la más clara en los pies de Maxi Rodríguez, pero un defensor local con la cabeza, enviado la pelota al corner, evitó la caída de su arco.
Basile al no poder contar con Juan Román Riquelme dispuso un mediocampo diferente, con dos volantes centrales (Javier Mascherano y Fernando Gago) y con Maxi Rodríguez y Lucho González jugando más sueltos, alternado la conducción del equipo.
En los primeros minutos Maxi Rodríguez se movió por derecha, ubicándose Lucho González más suelto, pero recostado sobre la izquierda.
Con el correr de los minutos, pese a haber inclinado el juego en el terreno del bicampeón africano, el seleccionado argentino perdió en precisión, entonces su dominio del juego pasó a ser intrascendente y sin generar situaciones de riesgo como para ponerse en ventaja.
Pasada la media hora de juego el conjunto africano, de la mano de Ahmed Hassan y lo que insinuó en ataque Zidam, emparejó las acciones, aunque sin generar situaciones de riesgo, tanto fue así, que si antes de comenzar el partido no se informaba que el arquero argentino era Roberto Abbondanzieri nadie se hubiera enterado.
Sobre el final de la primera etapa el seleccionado argentino volvió a presionar y a intentar llegar al gol, pero no tuvo claridad ni fútbol como para irse al descanso en ventaja.
En el segundo tiempo se invirtieron los roles, porque fueron los locales quienes dominaban las acciones y creaban situaciones de zozobra para el arco defendido por Abbondanzieri.
Con Lucho González y Maxi Rodríguez perdidos en el campo de juego, algo que dejaba aislados al kun Agüero y a Julio Cruz, Argentina no tenía peso en ataque y encima no podía dominar la pelota.
Los egipcios tuvieron una buena oportunidad para abrir el marcador, luego de una buena jugada por derecha de Zidam, que derivó en una asistencia perfecta para Moteab, quien pisando en el área chica y sin marca se preparó para romper el arco pero le salió un “tirito” a la manos de Abbondanzieri.
Todo el banco de suplentes local se preparaba para gritar el gol, pero cinco minutos después de esa jugada terminaron sufriendo uno en el propio, porque en una jugada similar la pelota le quedó a Sergio Agüero, quien a diferencia de su rival no perdonó y puso al seleccionado argentino arriba en el marcador.
Egipto no tuvo reacción ante el gol argentino y mucho menos cuando a los 84' un tiro libre de Maximiliano Rodríguez cayó en la cabeza de Burdisso, quien de emboquillada venció la resistencia del arquero local y marcó el definitivo 2-0.