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21 de noviembre de 2024
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La Bereziuk complica cada vez más a Uberti por la valija
La ex secretaria de Uberti declaró que su jefe le pidió que "ubicara el teléfono de Antonini Wilson”, el hombre que se hizo cargo de la valija con U$S 800 mil confiscada en Aeroparque
16 de marzo de 2008
Foto: Hugo Villalobos.

Guido Alejandro Antonini Wilson, el empresario venezolano-estadounidense que intentó ingresar ilegalmente al país una valija con 800.000 dólares, habría estado en las oficinas del Organo de Control de Concesiones Viales (Occovi) dos meses antes de que estallara el escándalo.

A este dato se le agrega otro: la agenda que manejaba Claudio Uberti durante su paso como director de ese organismo sería una de las claves para determinar la relación del ex funcionario con el valijero.

Uberti, el único funcionario de la gestión de Néstor Kirchner imputado en la causa conocida como Valijagate, había presentado el pasado 1º de febrero en la Justicia un escrito de 23 carillas donde aseguraba que no tenía ninguna relación con Antonini.

Aunque aclaró que lo había conocido en Caracas durante un almuerzo, un día antes de viajar desde esa ciudad a Buenos Aires. Vuelo que compartió con el supuesto dueño de la valija y con Daniel Uzcátegui Specht, hijo de Diego Uzcátegui Matheus, en aquel momento el vicepresidente de PDVSA.

La asistente de Uberti, Victoria Bereziuk, reconoció durante su declaración testimonial que había conocido a Antonini dos meses antes del viaje. Fue cuando el empresario chavista intentó gestionar una frustrada audiencia con Uberti. Otras versiones indican que habría existido más de un contacto entre el valijero y el ex funcionario.

Según publica el diario Perfil, Bereziuk, que también participó del vuelo contratado por la estatal Enarsa que traía la valija de los 800.000 dólares, también contó que ella había servido de “puente” entre las comunicaciones que mantuvo –después del escándalo– su jefe con Antonini.

En la edición del sábado 8 de marzo, PERFIL adelantó las coincidencias que había entre los dichos de Bereziuk y el cruzamiento de datos de unas 200 llamadas telefónica, la mayoría de ellas realizadas durante los dos días posteriores al tropiezo que tuvo Antonini Wilson con la agente de policía aeroportuaria María Lujan Telpuk durante la madrugada del 4 de agosto de 2007 en el espigón sur del Aeroparque Jorge Newbery.

Sábado 4 de agosto. A las 5:15 Antonini deja un mensaje en el celular de Bereziuk; minutos después deja otro.

Pasadas las 8 el valijero intenta nuevamente comunicarse con Uberti. Realizó más de un llamado al celular de Bereziuk. La secretaria comunica a su jefe los mensajes de Antonini. Antes de las 9 Uberti le pide a Bereziuk que le haga un puente con el valijero. Por la tarde hubo más llamados entre el celular de Bereziuk y el hotel Sofitel de la calle Arroyo. Superan la docena. También aparece el número de un tercer celular.

Domingo 5 de agosto. Hay más llamados, pero menos que el sábado. Ese día Antonini no se habría separado de Daniel Uzcátegui Specht. Después de las 13 Uberti pidió a Bereziuk un nuevo puente para comunicarse con el valijero. También se investigan llamadas al exterior.

Lunes 6 de agosto. El cruce de llamados de ese día fue intenso. Antonini Wilson pidió comunicarse con Uberti antes del almuerzo. Después fue el encuentro en la Casa Rosada y a la noche hubo una cena. También figuran llamados de otros funcionarios de Enarsa.

No fue casual que Uberti haya expresado en el escrito que entregó a la Justicia: “Todo lo demás que pudiera vincularme con éste (Wilson) resulta sólo de los problemas e importantes prejuicios que se derivan del abuso que éste hiciera a la confianza que le dispensé en total buena fe”. Evidentemente, el ex funcionario demostró su enojo al compañero de viaje en más de una oportunidad.

“Mi jefe, cuando estábamos coordinando telefónicamente las invitaciones a los empresarios argentinos y a todos los que íbamos a invitar al acto de los presidentes en la Casa de Gobierno, me pidió que ubicara el teléfono de Wilson. Le pasé el teléfono que Wilson había dejado en el mensaje. Creo que lo comuniqué telefónicamente a través de un puente”, reconoció Bereziuk en su declaración testimonial.