La presidenta le reprochó el "papelón" que le hizo hacer cuando recibió a un dictador africano. También hay ruido por los autos truchos. Es muy cercano a los Kirchner, pero...
El canciller Jorge Taiana, uno de los hombres más cercanos al matrimonio Kirchner por su sólida historia militante, atraviesa su peor momento desde que está en el gobierno.
Taiana tuvo que entregar a su segundo y aceptar la designación de un vicecanciller que responde a Alberto Fernández.
La Cancillería intentó hacer pasar la maniobra como si fuese una renuncia deseada por el mismo García Moritán, pero PERFIL pudo comprobar que el segundo de Taiana fue echado por pedido de la Casa Rosada.
“Me hicieron pasar un papelón, es algo que no te lo voy a perdonar. Va a ser mejor que te pongas a trabajar y te dejes de pelotudear”, dice el diario Perfil que le dijo Cristina al canciller.
La irritación con el canciller se produjo hace un mes, luego de que el dictador africano Teodoro Obiang ingresara a la Casa Rosada sin que ninguna alarma diplomática alertara sobre las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que el genocida cometía en Guinea Ecuatorial.
Pero a ese affaire se suman otros que fueron llenando el vaso: los ya famosos autos truchos, la oficina de pasajes aéreos paralela, y las irregularidades de la mafia china en la Embajada argentina en Pekín. En pocos meses, “La Casa”, como se conoce a la Cancillería, se convirtió en una caja de resonancia negativa para el kirchnerismo.
Hasta que los que mandan dijeron basta y Alberto Fernández decidió esta semana intervenir el Palacio San Martín, y en un mismo golpe palaciego obligó al canciller a entregar la cabeza de Roberto García Moritán y aceptar al embajador en Roma, Victorio Taccetti, como vicecanciller. Empezó el principio del fin para Taiana, una cuenta regresiva irrefrenable.
Pero a pesar de haber pasado la peor semana desde que se convirtió en canciller, Taiana igual pudo instalar la imagen de un hombre que supo capear la crisis sin pagar ningún costo. Incluso se dio el gusto de disfrazar la salida de su segundo, con la excusa de que se trataba de una decisión personal del ahora ex vicecanciller. Pero esa puesta en escena llegó a su fin.